¿Hay lugares malditos? ¿Recintos echados a perder? Cuando se levantó el complejo federativo en Las Rozas y los tribunales anularon la cesión de terrenos (120 mil metros cuadrados), la cosa nació torcida. Se han ido sucediendo irregularidades, registros, investigaciones bochornosas, sentencias lapidarias y personajes “entrullados”.
Esta semana Urreiztieta desvelaba lo cutre y salchichero (con respeto al charcuterismo) del proceso de elección de sedes para el mundial mancomunado en 5 años.No intuyo detrás manos negras como el alcalde Caballero, pero el proceso sí evidencia que hay mucha gente incapacitada para la gestión… ¡y hasta para darse cuenta de que la están grabando!!
Desgraciadamente para el fútbol nacional hay poca mujer empadronada en despachos de esos en los que se deciden asuntos de peso y, como es el caso, la señora Tatoni sabe, ni puede, ni controla. Que ocasión malograda de erigirse en referente. Decepción doble al canto.
Intuyo que esta chapuza en torno a los estadios mundialistas (ya aviso de que estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para que la FIFA le dé todo el peso a Marruecos, Portugal y Andorra si decidiera presentarse) quedará reparada y subsanada, pero sigue alimentando la leyenda negra de todo lo que es parido en la Ciudad del Fútbol federativa.
Lo último es lo de Villar. Tipo ya jubilado que seguro pensaba que las fechorías se olvidan. Anticorrupción le vuelve a señalar por administración desleal, corrupción en los negocios, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil. ¿Una mera multa que diría la doctrina Ayuso? No. 15 añitos y petición de casi 1 kilo. Y todo porque el vástago se emperró en hacer negocios en torno al organismo del padre.
Insisto, ese lugar está maldito. Las personas que entran son buenísimas, respetadoras de pasos de cebra y subidoras de bolsas de compra de ancianitas, pero cruzan el umbral y al “rinchi” los principios. Hay que mudarse o exorcizar.