1.- Pedro Sánchez reconoce el error del plagio, muy bien. ¿Pero qué precio está dispuesto a pagar por él?
2.- ¿Y no os parece desmesuradamente condescendiente que Pablo Iglesias se limite a decir que este episodio es simplemente cutre?
3.- ¿No ha quedado suficientemente probado entonces el problema de credibilidad del presidente y la trampa que se ha creado a sí mismo cuando sacrificó por un plagio a la ministra de Sanidad?
4.- Urkullu propone convertir España en una especie de Unión Europea, ¿pero no es acaso la razón de la UE el abatimiento de las fronteras y la batalla contra el nacionalismo?
5.- En estas fechas tan señaladas, ¿No deberían reconocer los líderes soberanistas que les conviene mucho más el cautiverio de los políticos presos que su libertad?
6.- Uno de los Jordis, Cuixart, no confundir con los Javis, declara que volvería a hacer lo que hizo, entre otras cosas, pisotear la capota de un coche de la guardia civil, ¿por qué entonces le sorprende que el juez Llarena valorara el peligro de la reincidencia?
7.- Transitamos del verano al otoño, ¿pero no es acaso siempre primavera en la era de Pedro Sánchez?