1.- Ya os digo que os vais a contagiar seguro. Por eso la primera pregunta… son tres. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
2.- ¿Entendéis ahora que la incidencia acumulada vaya más deprisa que la factura de la luz? 2.295 casos por 100.000.
3.- ¿Habría que utilizar otros métodos de medición para no hacer comparativas absolutas con las primeras variantes de la enfermedad? Hospitalizaciones, ingresos en la UCI.
4.- De hecho, los gobiernos de aquí y allá apuestan por familiarizarnos con la enfermedad como si no lo fuera. ¿Es una estrategia común o simplemente la prueba común de que ya no hay una estrategia?
5.- ¿En qué momento asumimos que la muerte de un enfermo por ómicron es mucho más asumible que un muerto por la primera cepa o por la delta?
6.- ¿Serán las aulas el espacio experimental donde probemos que puede normalizarse la convivencia con la enfermedad? Sanidad y las CCAA apuestan, otra vez el verbo apostar, apuestan digo por reanudar el curso sin otras medidas que la mascarilla en el recreo.
7.- ¿Pueden convertirse las farmacias en las dependencias mejores para notificar los positivos y aliviar la presión de la atención primaria? No es solo una pregunta, ni una sugerencia. Sino una iniciativa que ya funciona en Cataluña.
7 y media.- ¿Ya ha expresado Miguel Bosé su punto de vista sobre la flurona, se trataría acaso de….?
