Uno de los juegos más populares de toda la vida es el de 'Magia Borrás'. Su origen se remonta a los años 30, cuando la familia Borrás creó un juego de magia que se hizo muy famoso y se conoció como "el juego de magia de Borrás". En los años 70, tras muchas versiones del juego, se decidió cambiar el nombre a 'Magia Borrás' y se popularizó aún más.
A finales del siglo XIX nacieron los juegos de magia para niños bajo la premisa de que sirviesen para algo. Una de las muchas exploraciones era jugar con la óptica, por lo que se crearon los primeros juegos de magia blanca. Al principio, se importaban juguetes de magia hasta que en los años 30 fue la familia Borrás la primera que los fabricó.
"La apertura de España al exterior marca un punto de inflexión, con el movimiento de la producción a China", explica Juan Hermida, historiador y coleccionista de juguetes. Ese fue el momento en el que algunas familias jugueteras no pudieron aguantar hasta el final y otros, directamente vendieron sus empresas a multinacionales.
Historia de los juguetes en España
A pesar de ello, el peso del sector juguetero en nuestro país siempre ha sido muy grande. Antes de la guerra civil el mercado español no era un gran consumidor de juguetes, por lo que se exportaban especialmente a Latinoamérica. En esto tuvo un papel fundamental la Primera Guerra Mundial, pues los dos principales fabricantes de juguetes del mundo, Francia e Inglaterra, estaban en guerra, por lo que España trató de suplir esa exportación de juguetes al resto del mundo.
Tras la guerra civil y los primeros años de la política de autarquía franquista, el 'babyboom' supuso que los fabricantes de juguetes tuvieran un grandísimo mercado nacional que los consume. "Ahí es cuando se produce la edad de oro del juguete español", dice Hermida.
El Bazar Arribas, una de las jugueterías más antiguas de Madrid
Con Alicia Heras desde 'El Bazar Arribas' hablamos con Conchi, tercera generación de la juguetería. El Bazar Arribas es una de las tiendas con mayor encanto del Madrid histórico situada en la Plaza Mayor nº 16 y fue fundada por su abuelo, Juan Arribas Aguado, en 1919.
Su abuelo montó el primer negocio como una relojería, pero "siempre mantuvo su alma de niño" y en el comercio había balones, cabezas de caballo y otros juguetes. Tras la guerra civil, en 1939, retomó el negocio pero esta vez como una juguetería.
Conchi, por su parte, ha crecido rodeada de los juguetes que, en este mismo lugar, vendía su madre. De todos los juguetes que había cuando era pequeña, el más emocionante era una muñeca grande vestida de bailarina de ballet. De la cabeza salía un pequeño mando de tecnología muy básica, con el que se podía manejar a la muñeca para que bailara. Aunque le encantaba, los Reyes Magos nunca se la trajeron.
¿Sabías que el yoyó era un arma de caza?
Las preferencias de los niños por los juguetes han ido cambiando con los años, pero unos de los que todavía se venden son el yoyó o la peonza.
La historia del yoyó se remonta a su uso como un arma de caza. En Filipinas, desde lo alto de los árboles dejaban caer el yoyó y con ese golpe en la cabeza, atrapaban a los animales.
En la crisis del 29 en Estados Unidos, a un filipino americano, se le ocurrió poner la primera fábrica de yoyós. Debido al estrés que había entre los ciudadanos por la crisis económica, se hizo multimillonario comercializando por todo el país el yoyó.
La peonza, por su parte, ya existía durante la revolución francesa y con el tiempo, se exportó al resto de países.