Los nacidos entre los setenta y ochenta fueron la primera generación de españoles que vivió el gran fenómeno del anime y, posteriormente, del manga. Mazinger-Z, Heidi, Marco, El Bosque de Tallac, La Abeja Maya, Vickie el vikingo, Bola de Dragón, Campeones (la de Oliver y Benji), Doraemon, Sin Chan... son series de anime muy populares en nuestro país.
Oriol Estrada, divulgador especializado en manga y anime y comisario de la exposición 'The Art of Manga' -que se puede ver en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid hasta el próximo de 21 julio-, explica en 'Más de uno' que tanto el manga como el anime es "un ecosistema" que se nutre el uno del otro.
En el caso de las películas de anime suelen ser originales, pero "lo natural en las series de animación es que normalmente hay un manga antes". Además, habitualmente "veíamos anime sin saberlo", como es el caso de series coproducidas en Japón como Willy Fog, D'Artacán, Heidi, Marco o Ruy, el pequeño Cid, que fue la primera coproducción española-japonesa.
"El guión partía de España, pero el diseño de los personajes, la animación y la producción se hacía en Japón", cuenta Oriol.
Los orígenes del manga y su expansión por Europa
En la exposición 'The Art of Manga' se explican varias teorías sobre el origen del manga; algunas desde el siglo VII, siglo XII o más modernas de finales del XIX.
"La exposición explica que hay una serie de antecedentes, como los grabados, que predecían lo que iba a ser el manga. Pero no es hasta el siglo XIX, cuando llegaron revistas satíricas y políticas a Japón, cuando se empezó a desarrollar el cómic japonés", explica Oriol, que añade que este género estalla en el siglo XX, antes de la Segunda Guerra Mundial.
A Europa el manga va llegando poco a poco. En 1969 en Televisión Española se estrenó 'Kimba el león blanco', que fue "la primera serie de animación japonesa que llegó a la televisión y que después Disney plagió descaradamente en El rey león".
Después, fueron llegando ejemplos más discretos hasta que Heidi, Marco y Mazinguer hicieron que el anime fuese más popular.
Mangas para todo tipo de público
En la exposición 'The Art of Manga' está nuestra compañera Alicia Heras, rodeada de 200 piezas de arte y objetos de coleccionistas de la cultura manga y anime. Desde allí hablamos con Alex que es Otaku, es decir, "aficionado al manga y el anime", explica. La exposición está pensada para todo tipo de público; tanto quienes no conocen qué es el anime, como para fans de cualquier edad.
Para iniciarse en el manga es importante conocer qué género o categoría gusta más. En Japón se conocen como "demografías". Por ejemplo, hay uno de deportes, acción y peleas, que triunfa mucho entre el público adolescente.
También existen otras temáticas que tienen su propio género, pero, al final, "hay tanto que no se puede aglutinar todo en uno", dice Alex, que es coordinador de una tienda de cómics a la que acuden muchas familias porque últimamente están entrando en el mercado del manga muchos niños, algo que antes no ocurría.
El Silver Manga, para quienes crecieron leyendo manga
En Japón ahora se empieza a hablar del 'silver manga', que son mangas con protagonistas de la tercera edad. "Son lectores que crecieron leyendo manga. De mayores aparecieron mangas para adultos y ahora aparecen estos que van dirigidos a un público mayor", explica Oriol.
Con este tipo de mangas, en muchas ocasiones, los lectores van descubriendo aficiones o dan un giro importante a su vida, y en su mayoría, se trata de mangas con mensajes positivos.
Códigos del manga para guiar al lector
Para hablar sobre la creación de un comic manga contactamos con la dibujante Aurora García conocida por su Studio Kôsen, y que se define como "dibujante con estilo manga", una afición que tiene desde pequeña.
En los manga hay diversos códigos que guían al lector en la lectura. Por ejemplo, cuando ocurre un flashback, el fondo en lugar de ser blanco, cambia a negro. Además, cuando sale sangre por la nariz es un signo de excitación y también es característica la gota gigante en la frente, que se ha traducido en los emojis.
A día de hoy Aurora no se plantea irse a Japón para publicar sus publicaciones, pues allí "cada vez hay más autores japoneses que mueren a edades muy jóvenes por el estrés y la exigencia", cuenta.