La Navidad siempre ha sido sinónimo de luces, regalos, dulces y villancicos. Antes, también era sinónimo de postales navideñas con las que se felicitaban las fiestas a los seres queridos. Hace años en España se enviaban miles de tarjetas diseñadas y escritas a mano, que, con la tecnología y las redes sociales se fueron sustituyendo por correos electrónicos, imágenes y vídeos que se comparten por WhatsApp o ilustraciones hechas con inteligencia artificial.
Colección de postales navideñas en la Biblioteca Nacional
En la Biblioteca Nacional de España existe una maravillosa colección de postales navideñas donde podemos observar una gran evolución a lo largo de su historia. Ahí se pueden reconstruir algunos aspectos de la vida de los ciudadanos, sus relaciones de amistad, sus actividades profesionales y comerciales, las fiestas que celebraban, los productos que consumían e incluso los periódicos que leían.
Es la colección Ephemera y para hablar del origen, la historia y todo lo relacionado con las postales navideñas nos acompaña, Rosario Ramos, jefa de esta sección de la Biblioteca Nacional de España.
Por la ley de 1958 de depósito legal, los editores ceden unos ejemplares de cada christma navideño a la Biblioteca Nacional. Así, ahora el archivo cuenta con unas 50.000 postales que Rosario, junto a una compañera, está clasificándolas por años.
¿En qué momento aparecen las tarjetas navideñas?
El primer christmas del que se tiene constancia es de un editor inglés que quiso agasajar a sus clientes enviándoles una felicitación por Navidad y decidió hacerlas dibujadas. Al final, como era caro hacerlas cada una a mano, empezó a imprimirlas y enviarlas.
Esta práctica empieza a extenderse junto con el crecimiento de la clase burguesa y la mejora del correo postal. En España ocurrió lo mismo, pero unos años más tarde, alrededor de finales del siglo XIX cuando se produjo "la gran explosión del uso de la técnica de la cromolitografía", explica Rosario en 'Más de uno'.
En aquellas primeras felicitaciones navideñas no había motivos religiosos, sino que predominaban los motivos florales, los abetos y demás dibujos.
Ferrándiz, la revolución del christma
Antes de que la inteligencia artificial acabase con el trabajo de los diseñadores y dibujantes, en España se enviaban miles de tarjetas diseñadas por Ferrándiz, que tienen un estilo muy particular, con las caras de los angelitos, y de los personajes, muy redondas.
Maife Gil, sobrina del ilustrador, poeta y escritor Juan Ferrándiz, cuenta que su tío empezó haciendo películas de animación, luego pasó a los cuentos y después a los christmas. "Hizo una revolución en el mundo del christma" porque cambió las típicas ilustraciones religiosas por los angelitos y niños para expresar su preocupación por asuntos universales como la paz.
"A él le preocupaba mucho la paz, el amor y la comprensión entre las razas" y, por ello, siempre pintaba dibujos de distintas razas. Eso fue una revolución, "y la gente empezó a mandar christmas", dice Maife, mientras recuerda aquella época del 'boom' de las felicitaciones navideñas.
Ahora, sin embargo, reconoce que "se ha perdido bastante" y, aunque los tiempos cambian, la gente se sigue ilusionando mandando y recibiendo christmas, por lo que es una tradición que debería recuperarse, opina ella.
¿Cuál es la diferencia entre felicitación y postal navideña?
En la madrileña calle Libertad, en el barrio de Chueca, hay una tienda especializada en postales 'La Casa de las Postales' cuya gerente es Belén Carrasco, quien nos explica las diferencias entre la felicitación navideña y la postal navideña.
La felicitación navideña, o el christma, "era obligatorio que se enviase en un sobre, mientras que la postal no", matiza. De hecho, las postales surgieron porque el franqueo, el sello, costaba la mitad de lo que costaba enviar un sobre.
En 'La Casa de las Postales' se pueden hallar muchísimas postales especialmente bonitas, raras y antiguas que adoran los coleccionistas. Se trata de postales ya escritas con mensajes de todo tipo que se mandaba la gente, anónima y famosa, hace tiempo.