Pinocho, Gonzo, la cerdita Peggy, la rana Gustavo, Coco, Los Fraggel Rock, los guiñoles de Canal+, los muñecos de Maricarmen y de José Luis Moreno, Trancas y Barrancas... Todos son marionetas, aunque cada uno a su estilo: de madera, de varillas, de mano, de mesa, etc.
A día de hoy existen innumerables técnicas, pero las tradicionales son los títeres de guante y de hilos. En España, se les llama títeres a los de guante y marionetas a los de hilos, pero esto no ocurre en otros países. En Francia, por ejemplo, usan para todo la palabra 'marionette'.
"Las formas de títeres son innumerables"
Adolfo Ayuso, investigador oscense que ha dedicado su vida al estudio de los títeres, quería dedicarse a ser escritor. De joven, llegó a publicar sus libros en Zaragoza, pero se cruzó en su camino una titiritera, Elena Millán. "Nos enamoramos, vivimos juntos, y me di cuenta de que nadie explicaba la historia del títere en España", cuenta Adolfo en 'Más de uno', pues los títeres estaban relegados al ámbito infantil.
En Europa, sin embargo, existen muchos estudios investigando la vida de las marionetas, sus técnicas y la influencia social que reciben las marionetas. Así, dejó de escribir ficción y se centró en el teatro de títeres, los ventrílocuos y las formas que llaman "menores" del teatro que "muchas veces son mayores porque hoy en día el teatro está lleno de muñecos, figuras y espectáculos visuales". Por todo ello, hoy en día "podemos decir que las formas de títeres son innumerables".
¿Cuál es el origen de los títeres en España?
El origen de los títeres se remonta a los tiempos de los fenicios, celtíberos y romanos. En España, hay que retroceder hasta la Edad Media, donde hay representaciones religiosas que emplean imágenes de cristos y santos que intervienen en autos sacramentales en los interiores de las iglesias. "Esas figuras eran manipuladas a través de hilos y cuerdas. Yo pienso que ahí comienza todo", explica Adolfo.
Años más tarde, las autoridades religiosas consideraron que esos espectáculos generaban risas entre los feligreses y los echaron de las iglesias. Los espectáculos de títeres, entonces, se trasladan a las puertas de las iglesias y, con muñecos menores, van "de plaza en plaza y de pueblo en pueblo haciendo representaciones", cuenta sobre el comienzo de los títeres en España.
La Tarumba y otras compañías de títeres en la guerra civil
Uno de los objetivos de investigación de Adolfo Ayuso es conocer si en el bando franquista durante la guerra civil hubo compañías de títeres, algo que sí se conoce del bando republicano, donde hay constancia de muchas las compañías de títeres que se movieron durante la Guerra Civil española por los frentes y las retaguardias.
Entre ellas está 'La Tarumba', la cual antes de la guerra, durante los años 1935-1936, llegaron a actuar hasta siete personas, cuatro músicos y más personas de apoyo. En los años 20 hubo un dibujante e ilustrador amigo estrecho de Ramón Gómez de la Serna, Salvador Bartolozzi, que con su teatro 'Pinocho' tenía hasta once manipuladores más los músicos.
"Títeres y música están muy relacionados", argumenta Adolfo mencionando a Manuel de Falla que hizo la ópera breve de el Retablo de Maese Pedro con su orquesta de 21 músicos y unos títeres que se estrenaron en París en 1923.
El Verdugo de Berlanga convertido en espectáculo de marionetas
Desde el Teatro de la Abadía de Madrid está Alicia Heras, donde se estrena hoy una adaptación a marionetas de la película 'El Verdugo' de Berlanga. Este espectáculo está realizado por la compañía de títeres El Espejo Negro, dirigida por el actor titiritero, Ángel Calvente, quien asegura: "nací ya con las marionetas".
Cuando vio la película de 'El Verdugo' por primera vez, de joven, le impactó mucho la escena en la que el reo y el verdugo se cruzan en el patio "y no se sabe quién tenía más miedo, el que lo iba a matar o el que iba a ser ejecutado", explica Ángel.
A la hora de adaptar los personajes de la película las marionetas lo primero es la adaptación del guion, editando y escribiendo escenas nuevas necesarias para convertirlo en un espectáculo de marionetas. Esto le llevó casi cuatro meses de trabajo, que mereció la pena, sobre todo porque "no tiene nada que ver el guion con el de la película".
Empezó trasladando al verdugo, Amadeo, a marioneta; "rechoncho, narigudo, con su boina...", explica el director. En otros personajes, sin embargo, se ha dejado llevar por la libertad creativa. A José Luis lo ha convertido en un hombre apocado, rubio y con los ojos azules grandes. Carmen, por su parte, es la seducción; es voluptuosa, una mezcla entre Gina Lollobrigida y Carmen Sevilla.
¿Qué es lo más complicado de fabricar marionetas?
Fabricar una marioneta o títere es un trabajo complicado y minucioso. De ello sabe mucho Joaquín Hernández, que además de coleccionista de títeres en La Cabaña de Siero en Asturias es titiritero en centros educativos y fabricante de títeres. Lo más complicado es dar con la idea sobre cómo hacer la marioneta, esa "chispa" que ilumina al creador.
Para confeccionar una marioneta se necesitan varias semanas. "Las ideas tienen que madurar", dice Joaquín, por lo que se trata de un proceso largo y sujeto a cambios y modificaciones.