En este relato, 'Maestría de pintor', contemplamos un cuadro que no alberga belleza alguna. O quizá una dolorosa belleza. Este cuadro es una prisión que encierra una historia del pasado. A un lado, un pintor experimentado. En cuyo estudio retrata, pinta, una tarde cualquiera, a un viejo conocido. Un alcalde en el crepúsculo de su carrera política. Un reloj marca el paso del tiempo, de los segundos, entre los dos; el alcalde y el pintor; el pintor y el alcalde.