En una olla ancha, sofreír en el aceite el pan y ajos, retirar pan y ajos a un mortero. En el mismo aceite, dorar el hígado y añadirlo al mortero, majar todo y echar chorro de vino blanco.
En la grasa de la olla, rehogar el lechazo salpimentado hasta que quede bien churruscado. Añadir el laurel, el pimiento rojo y sofreír hasta que dore. (Los cebolleros pueden añadir un par de cebollas menudas). A continuación, añadir el pimentón, el majado, el vino blanco y la sal.
Guisar a fuego suave unos 50 minutos o hasta que el lechazo esté tierno. Tiene que quedar con salsa justa, un lechazo tierno y meloso embadurnado de un jugo riquísimo.
Podemos entreasarlo, que es que a mitad de cocción lo destapamos y lo terminamos en un horno a media potencia para que termine de "guisarse" y "asarse" a la vez.