Sus padres trabajan, pero pertenecen al 11% de trabajadores pobres asalariados con contrato, pero que sus ingresos los colocan por debajo del umbral de la pobreza.
Por ello, el final de las clases supondrá que muchos de estos niños dejaran de tener la única comida del día. Educo pide que se incrementen las becas comedor en verano y se amplíe la oferta de actividades gratuitas de los ayuntamientos para evitar la exclusión social a la que se ven avocados estos niños de la llave.