Y es que resulta que el hombre trató de quitársela durante varios días, en vano, con ayuda de una tapa de bolígrafo, un trozo de alambre y hasta un clavo de metal. Al final, se hizo una herida y el resto de comida le provocó una infección bacteriana que pasó al torrente sanguíneo y de ahí al corazón.
Y es que la boca es el mayor foco de infecciones que ahí. El drenaje venoso que tenemos debajo de la lengua evita el paso del hígado y llega al corazón más rápido.
Por otro lado, otro remedio casero como soplar es lo último que debemos hacer por este mismo motivo. Al igual que dar un susto cuando se tiene hipo, práctica extendida pero sin sentido.