La crisis del Covid-19 y el confinamiento durante el 2020 fueron devastadores para el empleo en España, situando a nuestro país a la cabeza del desplome económico y la destrucción de empleo.
Sin embargo, España también es el país que se ha recuperado con más intensidad. El empleo ha crecido desde diciembre de 2019 un 9%, el doble que en EEUU y Francia y 6 veces más que en Alemania.
Los datos del mes abril marcaron un nuevo récord con 21.073.339 afiliados, descontando la estacionalidad y el efecto calendario, tras el incremento de 40.677 respecto a marzo. El mejor dato de la serie histórica, después de haber sumado 480.653 en el último año.
La cara B de los datos de empleo: baja cualificación y salarios precarios
Detrás de estos prometedores datos de empleo, hay una realidad no tan esperanzadora. Tal y como explica el economista José Carlos Díez, el empleo que se está creando en España es de baja cualificación y salarios precarios.
Así, 1 de cada 5 afiliados a la seguridad social en España ya son extranjeros, pero desde 2019, 2 de cada 3 empleos creados han sido con inmigrantes. Eso aumenta la población y no permite aumentar la renta por habitante ni bajar significativamente la tasa de paro, especialmente juvenil.
En conclusión, crear empleo en un país con tantos parados sin duda es una buena noticia. Pero deberíamos conseguir crear menos empleo y de mayor calidad durante las fases expansivas y, sobre todo, destruir menos empleos en las crisis.
