Carlos Alsina entrevista en Más de uno a Ángeles Mañas, testigo y una de las primeras personas en llegar al lugar del atentado de Sabadell del 8 de diciembre de 1990 perpetrado por la banda terrorista ETA.
Ángeles y su novio de entonces y ahora marido, Críspulo, estaba haciendo algunos arreglos en el piso donde iban a vivir. La explosión reventó los cristales de la cocina y el comedor casa. Ellos fueron de los primeros en llegar al lugar del atentado y en socorrer a los heridos.
Ella, tenía solo 22 años, recuerda que la propia onda expansiva les rompió los cristales de la casa, entonces su marido salió corriendo y ella fue detrás por miedo a que pasase algo más. "La furgoneta estaba tumbada tocando la puerta del colegio, nadie se quería acercar, los que querían acercarse se lo impedían los otros", por temor a que explotase el depósito del coche coche, pero había que rescatar a los heridos de dentro, su "marido y dos personas más se acercaron para sacar los cuerpos sin vida y a los heridos".
Declara que "los cuerpos sin vida los iban dejando encima de la acera" entre la pared del colegio y los coches "para que la gente que estaba mirando no los pudieran ver" y a los heridos los dejaban en el asfalto para evitar que pudiesen ver a sus compañeros fallecidos. Además, comenta que ella estuvo con uno de los heridos, que más tarde murió en el hospital, "empezó a decir que le dolía mucho el pecho y que tenía ganas de vomitar".
Por otro lado, cree que pudo ver a la persona que detonó la bomba, "no le di ninguna importancia, estaba en el comedor arreglando cosas y vi a una persona que estaba en la esquina del mercado y estaba de pie con algo en la mano. Dio como una palmada a esa bolsa de plástico. No sé si es casualidad o si era quien detonó la bomba, porque sinceramente luego vino la explosión y me preocupé más por ella", dice. Asimismo, confiesa que si tuviese que describirlo tampoco podría, "fueron fracciones de segundo lo que vimos".