autor de varios libros sobre la historia de ETA

Gaizka Fernández, historiador: "Los apoyos de ETA les hacían más perseverantes ante las dificultades"

Gaizka Fernández, historiador, autor de varios libros sobre la historia de ETA y responsable del área de Archivo, Investigación y Documentación del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, habla en Más de uno de la banda terrorista.

ondacero.es

Madrid |

Uno de los autores del atentado de Sabadell fue Jon Félix Erezuma. De aquel atentado y de otros varios, entre ellos uno de esos que sí han quedado en la memoria colectiva. Cuando murió en un enfrentamiento a tiros con la Guardia Civil, Jon Félix tenía 28 años; los había cumplido apenas una semana antes. Su cuerpo llegó desde Barcelona a su pueblo natal, a Gernika, el 1 de junio del año 1991.

En su casa le velaron sus padres, Conchi y Florencio, y sus hermanos: el mayor, Floren, y las gemelas Errose y Gotzone. Después de rezarle un responso, amigos de Jon Félix y dirigentes abertzales acudieron a casa de los Erezuma para trasladar su féretro a hombros hasta la Plaza de los Fueros, el lugar en el que aquel gudari iba a recibir su homenaje ante más de 3.500 personas. Una multitud que aplaudió y vitoreó a los dos encapuchados que, durante el acto, desplegaron una pancarta con el anagrama de ETA.

Eso ocurrió la noche del 1 de junio de 1991. Tres días antes, Jon Felix, el homenajeado en Gernika, aún estaba vivo. Se sabe porque fue él quien había dejado caer un Renault 11 cargado con 216 kilos de amonal por la rampa de entrada de la casa cuartel de Vic, aprovechando que las puertas estaban abiertas y que muchos niños jugaban en el patio del cuartel. Como consecuencia de la explosión murieron diez personas, entre ellas 5 menores.

El comando que había cometido atentado fue localizado por la Guardia Civil, pocas horas después, en un chalet a 40 kilómetros de Vic. Cuando se vieron rodeados, los terroristas la emprendieron a tiros. En el intercambio de disparos murieron dos etarras, Joan Carles Monteagudo y Jon Félix Erezuma, y un agente resultó herido. Tras el registro, la Guardia Civil se intervino de 100 kilos de amonal, dos cetmes, tres subfusiles, otras tres pistolas y un revólver. Herri Batasuna (que por entonces era una fuerza con cuatro diputados en el Congreso) calificó en un comunicado aquel acto como "una venganza" de la policía española y de los dos terroristas muertos dijo que habían convertido sus vidas en "una permanente entrega a la causa de la paz y de la libertad".

Gaizka Fernández Soldevilla, historiador, responsable del área de Archivo, Investigación y Documentación del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y autor de varios libros, el último de ellos se titula '1980. El terrorismo contra la Transición', analiza en Más de uno cómo era la banda terrorista.

Considera que el apoyo que tenían por parte de la sociedad "es una de las claves de por qué han sobrevivido mucho más". "Tenían un apoyo alrededor bastante sólido", dice y añade que tenían partidos, sindicatos, bares, etc. que les hacían más perseverantes ante las dificultades".

Además, recuerda que "hay diferentes círculos de afectación", en el principal, en el núcleo están las víctimas mortales y los heridos, pero luego tenemos los amenazados, exiliados y resto de la sociedad.

Pulso por el relato

Gaizka Fernández Soldevilla sostiene que hay tres maneras de mirar hacia este tema: "hay una parte de la sociedad que intenta pasar la pagina sin leerla primero, es la misma gente que antes miraba para otro lado", luego encontramos los que quieren justificar lo que hicieron y por último, los que piden hacer una revisión crítica y sacar todo lo que esconde el pasado.

"Son episodios incómodos, pero es lo que tenemos que hacer, leerlo, pasar página y solo así podremos avanzar", declara y explica que están "en rescatar la lucha tal y como fue".