Marisol Chávarri es hija de Miguel Chávarri, jefe de la policía local de Beasain asesinado por ETA en el año 1979. Su caso es uno de los más de 300 asesinatos de ETA que están aún por resolver.
Un estudio hecho entre más de 1.200 personas por la consultora GAD3 para saber sus conocimientos sobre ETA indica que más del 60% de los jóvenes de entre 18 y 34 años que fueron encuestados no fueron capaces de reconocer ni a Miguel Ángel Blanco ni a José Antonio Ortega Lara.
A día de hoy Marisol ofrece su testimonio a muchos jóvenes para explicarles de primera mano qué fue el terrorismo de ETA. Estos chicos y chicas reaccionan con "incredulidad", dice Marisol, "no se esperan que existamos de verdad".
Las cuatro preguntas que más le hacen en sus charlas es "si perdonamos", "si he vuelto a donde vivía", "qué haría si viera a los terroristas que mataron a mi padre" y "qué me parece la reinserción".
"¿Qué es el perdón? Para perdonar alguien te lo tiene que pedir y a mi no me lo han pedido", dice Marisol y sostiene que "para que alguien pueda volver a la sociedad tiene que darse cuenta de quelo que hizo estaba fatal".
Marisol cuenta que ya han perdido la esperanza de ponerle un nombre al que mato a su padre: "Lo presos de ETA no están ayudando a resolver los casos, por lo que no lo vamos a saber".