En las zonas más afectadas por la DANA, en la Horta Sud de Valencia, la Nochebuena no va a ser como todos los años. Mucho menos para aquellos que lloran hoy la ausencia de los fallecidos por la riada.
Además, este es probablemente el lugar de España donde en estos meses se ha hecho más visible la bondad. Entre personas que antes del 29 de octubre tal vez no se habían conocido mucho y, sin embargo, a raíz de la tragedia que sucedió ese día, han establecido lazos nuevos.
Nuevas "familias" surgidas tras la DANA
Esta mañana de Nochebuena, Carlos Alsina se desplaza hasta la zona cero de la DANA en Valencia para buscar y conocer historias de gente buena. Gente buena como Paula Plaza, a la que nos encontramos tomando un café en uno de los bares que a esta hora de la mañana están sirviendo desayunos, el bar-restaurante Nueva Avenida de Benetússer.
La familia de Paula normalmente celebra la Nochebuena en Calamocha, Teruel, pero este año han decidido hacerlo en Albal, Valencia, por lo especial que es la ocasión.
Paula se encontró con Lucía, que buscaba desesperadamente a su madre
La noche del 29 de octubre se fue la luz e internet en su casa. De repente había mucho ruido fuera y desconocían qué estaba sucediendo. Entonces, "me asomé a la puerta de casa, había una chica joven caminando de lado a lado de la calle con el móvil gritando: '¡mamá, mamá, por favor!".
La joven se llama Lucía y al verle así de nerviosa, Paula empatizó con ella. "Pensé que podría ser perfectamente mi hija de 15 años" y le ofreció entrar dentro de su casa para refugiarse. Paula le dio calzado, pues Lucía tenía los pies mojados por la riada, le presentó a su marido y a su hija y le dio de cenar.
Lucía pudo encontrar a su madre a salvo de la riada
Lucía le contó que intentó acceder por varios puntos para llegar a Benetússer, donde ella vive, pero tuvo que dar media vuelta hasta Albal, donde ambas se juntaron. Estuvieron hablando toda la noche hasta las 5 y media de la madrugada, cuando Lucía se fue a buscar a su madre a Catarroja.
Lo último que sabía de su madre era que había tenido que abandonar el coche y había entrado en el Ayuntamiento de Massanassa. "Tres horas después me mandó un mensaje diciendo que había conseguido encontrar a su madre", relata Paula emocionada, con un nudo en la garganta.
A partir de ahí, han seguido en contacto y Lucía es "como una hija adoptada", dice Paula. Esta Nochebuena, Lucía va a volver a encontrarse con Paula, para fundirse en "un fuerte abrazo, agradecernos y darnos la bienvenida a una Navidad un poco peculiar".