Esta semana en una pequeña localidad de Suiza llamada Davos se vuelven a reunir los líderes del mundo. Muchos temas a tratar, pero hay dos que destacan: la transición energética y la movilidad eléctrica.
China lidera la producción de coches eléctricos y placas de molinos eólicos, y desde Europa hay dos preocupaciones. Una pasa por cómo reaccionar a toda la llegada de producción china y la segunda trata de resolver la siguiente cuestión: ¿de dónde va a salir tanto dinero para financiar esta transición?
En España, sin embargo, estamos con otras cosas. La ley de amnistía o qué administración debe gestionar las competencias de inmigración.
Tenemos una oportunidad histórica con el doble de horas de sol que el resto de los socios europeos, pero lo que estamos haciendo es ponerle impuestos a la banca para penalizar el crédito, ponerles impuestos a las eléctricas para penalizar el desarrollo de renovables y poner un impuesto a la producción y al consumo de electricidad para penalizar la electrificación.
