El pasado 24 de abril el presidente del Gobierno sorprendía a todos difundiendo una carta abierta a la ciudadanía en la que planteaba una posible dimisión.
Sánchez anunciaba en la misiva que se tomaría cinco días de reflexión para decidir si seguía al frente del Ejecutivo o renunciaba a su cargo. Todo ello, tras la denuncia contra su mujer, Begoña Gómez, por parte del pseudosindicato 'Manos Limpias'.
Después de un fin de semana en el que dirigentes, militantes y simpatizantes del PSOE mostraron su apoyo unánime al presidente del Gobierno, el lunes 29 de abril, finalmente, Pedro Sánchez no dimitió.
Así lo comunicó en una declaración institucional, sin preguntas, y las reacciones a su 'no' dimisión no tardaron en llegar.
En estos días hemos visto el claro impacto político de la decisión del presidente del Gobierno. Las críticas de la oposición se han agudizado, mientras que Sánchez ha logrado reabrir un debate urgente y profundo sobre las plataformas digitales y la desinformación.
Pero, ¿qué hay de las consecuencias económicas? El comentario de José Carlos Díez en el 'El faro económico' se centra en este punto.
Las secuelas económicas de la decisión de Sánchez
Díez explica que el mayor riesgo era que contagiara a la prima de riesgo de nuestra deuda pública con la que financiamos el pago de las pensiones y del sueldo de los funcionarios. Sin embargo, la prima se ha mantenido estable por debajo de 80 puntos básicos y pagamos el 3%, próximo a la inflación, por lo tanto buenas noticias.
Otra señal de salida de capital extranjero podría ser la bolsa pero ha subido ligeramente en la última semana.
El mayor impacto será sobre las empresas pero tardaremos trimestres en verlo y es difícil medir su efecto, pero evidentemente la incertidumbre no ayuda a invertir y a crear empleo.
El economista termina su análisis con la siguiente reflexión: "como pronosticó el profeta Isaías 'seréis gobernados por niños y será la peor de vuestras pesadillas'".