Cultura y deporte

El boxeo en nuestras vidas

El boxeo es el deporte más retratado por la cultura del siglo XX y sin embargo es uno de los más criticados y uno de los menos practicados en España. Toro Salvaje o las historias de Rocky han acercado a muchos a un deporte que forma parte de la historia de la cultura popular de los Estados Unidos, y que Joyce Carol Oates ha analizado con gran acierto en su libro 'Del boxeo'.

Miguel Venegas

Madrid |

“La vida es como el boxeo en muchos e incómodos aspectos, pero el boxeo sólo se parece al boxeo”.

No lo digo yo. Lo tomo de una de las mejores obras de la vasta producción artística que han habitado ese universo que espanta y atrapa tanto.

El cuadrilátero, los guantes, el pantalón corto, el protector bucal, la sillita del rincón, el agua en la cara, los puntos en las cejas en pleno combate, las grapas, las agujas, la gelatina, el linimento, la toalla, el ábreme ese ojo, el tírate a la lona, el acaba con él, la cuenta atrás.

En España no se ve mucho boxeo, pero todos conocemos la historia de Chuck Wepner, un púgil fracasado de 37 años que mandó a la lona a Muhammad Ali, cuando éste era campeón del mundo, venía de ganar en Kinshasa, y nadie salvo Joe Frazer lo había tirado. Sólo que no lo llamamos Chuck Wepner, sino Rocky Balboa.

Sabemos quién es Jake La Motta, campeón de los pesos medios, y su rabia sadomasoquista, sus problemas de celos, de sexo y de violencia; problemas que le dieron un Oscar a Robert de Niro y una película memorable a Martin Scorsese.

Unos cuantos conocimos la historia de James Braddok, un boxeador arruinado en la gran depresión, que resucitó gracias a una pelea memorable frente al campeón del mundo, que había matado a sus dos anteriores rivales. Por ello pasó a la historia como Cinderella man, y después al cine.

El boxeo es un deporte muy de la Grecia de antes y de la América de hoy y de ayer y siempre ha fascinado a los autores y escandalizado a éticos.

No es raro pensar en niños que crecieron yendo con sus padres a presenciar peleas y a enamorarse de la lucha.

Le ocurrió a Joyce Carol Oates, que publicó un libro contra los tópicos, contra el ‘es un deporte de hombres’, con un título sin segundas: Del Boxeo.

En él huye de metáforas pretenciosas y desciende a lo básico. El boxeo es el único deporte en el que no se juega; y si lo es, deporte, es el más trágico de todos.

Más de quinientos hombres murieron en el ring durante el S.XX, muchos otros quedaron destrozados e incluso el más grande de todos, Ali, se llevó un parkinson que sus médicos achacaron a los golpes sufridos en la cabeza.

Muchos no hemos visto jamás un combate en directo, y sin embargo nos fascinan las historias que el boxeo nos ha dado.