CON LUIS RENDUELES Y MANUEL MARLASCA

Territorio Negro: Negra Navidad

Manu Marlasca y Luis Rendueles recuerdan las muertes de algunas de las figuras más importantes de la música reciente.

ondacero.es

Madrid |

Hoy, penúltimo día del año, Manu Marlasca y Luis Rendueles se proponen hacer un territorio negro al menos un poquito navideño. Ambos recuerdan las muertes de algunas de las figuras más importantes de la música.

El asesinato de Sam Cooke

Una canción mítica: 'Wonderful world', de Sam Cooke, el enorme cantante soul. Con un mensaje que encajaría perfectamente en estas fechas navideñas. Pero, estamos en Territorio Negro, así que en efecto, hay cara b. El cantante murió de tres balazos hace sesenta años, en diciembre de 1964. Lo mató la conserje de un hotel donde Cooke había ido a terminar la noche con una mujer. Es un asesinato que no ha sido aclarado nunca. La investigación policial no fue, digamos, muy cuidadosa. Recordemos que Cooke era amigo de Muhamad Ali y de otros personajes negros famosos y molestos y combativos entonces en Estados Unidos, en una época de lucha por los derechos civiles.

Lo que se supo es que el cantante estuvo cenando con una mujer, que llegaron al motel Hacienda, en Los Ángeles, y que luego él apareció casi desnudo en la recepción. Allí fue donde la conserje le disparó. Poco después, la acompañante de Cooke llamó a la policía desde un lugar –los más viejos lo recordarán– que se llamaba cabina y denunció que habían intentado violarla. Más tarde se supo que la mujer era prostituta y que había protagonizado incidentes con algunos clientes a los que intentaba robar. La conserje fue juzgada y absuelta por "homicidio justificado". Netflix tiene una película llamada "los dos asesinatos de Sam Cooke" que deja volar algunas teorías conspiratorias sobre ese crimen.

La muerte de Marvin Gaye

Si Sam Cooke era el rey del soul, a Marvin Gaye lo llamaban el príncipe. Gaye murió el día de su cuarenta y cinco cumpleaños, hace ahora cuarenta años, en 1984, en la casa en la que vivía con sus padres. Y lo mató, de dos disparos a quemarropa, su padre, Marvin Gay, sin e. Cuando ocurrió el crimen, el enorme Marvin Gaye llevaba años cuesta abajo, había perdido pie entre la cocaína, deudas, pleitos con casi todo el mundo, divorcios… Se refugió en casa de sus padres porque estaba convencido de que alguien iba a matarlo, que le querían asesinar.

En ese ambiente de paranoia, posiblemente provocada por su adicción a la cocaína, el padre del cantante guardaba una pistola bajo la almohada. Un día de abril de 1984 llegó a la casa familiar una carta en la que la compañía de seguros reclamaba más dinero, otro pufo de la estrella del soul. Marvin Gay padre y Marvin Gaye hijo se enzarzaron en una pelea. Era conocido que el padre había maltratado al hijo desde que era muy pequeño. Lo cierto es que el padre fue a por la pistola y disparó dos veces al hijo. En el juicio, el señor Gay fue absuelto. Creyeron su versión: dijo que no sabía que la pistola estaba cargada y que pensaba que balas eran de fogueo.

El accidente de Bessie Smith

Bessie Smith, la que llamaban emperatriz del blues. Y Bessie cantaba esta joya: "nadie te conoce cuando estás vamos a decir hundido por no decir otra cosa". Una mujer rompedora, empoderada que se diría ahora: negra, bebedora, bisexual, atea, pobre, con una voz bestial, desafiante y que cantaba cosas como "hay diecinueve hombres en mi vecindario. Dieciocho son tontos y el otro no sirve para nada". Bessie Smith murió en un accidente de tráfico en 1937. Conducía el coche un hombre, su pareja de entonces, que se empotró contra un camión.

Lo grave de aquel asunto es que Bessie Smith sobrevivió al choque. Pero recordemos que hablamos de los años treinta del siglo pasado en Estados Unidos, concretamente de Mississippi, en el profundo sur. Y que Bessie era negra. Su manager y hasta el escritor JD Salinger, el autor de El guardián entre el centeno, revelaron luego que varios hospitales se negaron a ingresarla en Urgencias por el color de su piel. Entonces había hospitales segregados, solo para blancos, y otros centros para negros. Lo cierto es que parece que ninguna ambulancia quiso llevarla al hospital para blancos y que el médico que terminó atendiéndola en el arcén no quiso meterla en su coche para que no manchara la tapicería.

El caso es que murió y mucho tiempo después fue otra gran cantante de triste final, Janis Joplin, la que puso dinero para poner una lápida y una inscripción en su tumba.

La muerte temprana de Janis Joplin

Un tema, 'Me and Bobby McGee', que fue su primer número uno en las listas. Janis Joplin era muy joven cuando murió, tenía solo veintisiete años cuando en octubre de 1970 su cuerpo sin vida fue encontrado en la habitación de un hotel de Los Ángeles. Janis estaba acabando de grabar esos días su último disco, Pearl. Dos semanas antes, y con la misma edad, veintisiete años, había muerto otra estrella, Jimmy Hendrix, que además era muy amigo de Janis. Eran los años de oro de la heroína en Estados Unidos, especialmente en la costa oeste. Janis arrastraba problemas de drogadicción desde muy joven, desde mediados de los sesenta, con apenas veinte años.

Su vida personal tampoco fue precisamente estable: confesó haber tenido más parejas femeninas que masculinas, pero fueron los hombres quienes le provocaron sus mayores desengaños. Uno de ellos, por cierto, fue Leonard Cohen. La noche anterior a su muerte Janis había tenido una discusión con su último novio, Seth Morgan, traficante de heroína y posteriormente escritor, porque no acudió a verla a Los Ángeles. El tipo prefirió quedarse jugando al billar con otras mujeres.

La mañana del 4 de octubre la encontraron muerta a consecuencia de lo que todo indicaba que era una sobredosis de heroína. Como hizo muchos años después nuestro muy querido Shane McGowan, el cantante de 'The Pogues', Janis dejó un fondo de dos mil dólares para que sus amigos se corriesen una juerga en su funeral.

La tragedia de Billie Holiday

La voz de Billie Holiday siempre suena triste, con un sabor amargo, como si anticipase la tragedia que le esperaba desde sus primeras canciones.

Billie Holiday es otra artista rompedora que acabó rota. Aquí no puede evitarlo y a pesar de la melodía dice que no recuerda un mes de diciembre peor, aunque tenga a su amor para mantenerla calentita y abrigada. Billie Holiday murió en su casa, de hecho, no podía salir de ella por una orden judicial. Había sido condenada a permanecer en arresto domiciliario en el año 1959, acusada de posesión de narcóticos.

Había sido pareja, entre otros, de un digamos empleado autónomo de la mafia. Y se atrevió a hacer una canción, 'Strange Fruit', donde hablaba de los linchamientos a negros en Estados Unidos. Los negros que eran linchados y ahorcados eran, en la canción, la extraña fruta que colgaba de los árboles entonces en su país. Poco después de eso fue detenida, no era la primera vez, con heroína, y arrestada.

La trágica muerte de John Lennon

Ya sabemos cómo acabó la historia del músico británico: asesinado por un fan, en diciembre de… ¿1980, puede ser? Frente al edificio Dakota de Nueva York.

En diciembre del 80, muy bien, se cumplieron el pasado día 8 de este mes 44 años de su asesinato. El autor del crimen, Mark David Chapman, fue condenado a una pena mínima de veinte años de cárcel y a una máxima de cadena perpetua. Tenía veinticinco años cuando descerrajó cinco tiros –acertó cuatro– a John Lennon y esperó a que llegase la Policía a detenerlo leyendo un ejemplar de 'El guardián entre el centeno'.

Esos veinte años de condena se cumplieron hace mucho, en el año 2000. Desde entonces, cada dos años, Chapman solicita la libertad a la junta de tratamiento de la cárcel. Allí cada año tiene ocasión de dar su opinión la viuda de Lennon, Yoko Ono, una prerrogativa (escuchar a las víctimas) que contempla el sistema penal norteamericano. Hasta ahora, se la han denegado siempre. El asesino de Lennon lleva ya 44 años en prisión. Tiene 69 años.