El 16 de agosto de 2017, una pareja encuentra en un garaje de la calle Camamocha, en el barrio de Patraix de Valencia, el cuerpo sin vida de Antonio Navarro Cerdán, vecino de esa finca e ingeniero de Ferrovial de treinta y cinco años. Tenía seis puñaladas en el cuerpo.
Las primeras pesquisas del grupo de Homicidios de Valencia descartaron que aquel crimen fuese un robo que saliese mal: Antonio tenía en su poder la cartera, dos teléfonos móviles y las llaves del coche. Parecía que alguien le había esperado escondido en el garaje y le había apuñalado con clara intención homicida: solo en zonas vitales.
¿Por dónde empezó la investigación?
Se revisó toda la vida de Antonio en busca de alguna zona oscura. Pero no había ni una sola sombra. Ni en su trabajo, ni en su familia, ni en sus amistades. Todas esas comprobaciones se hicieron con llamadas y con rápidas entrevistas. Las primeras declaraciones importantes las tomaron veinticuatro horas después del hallazgo del cuerpo de Antonio.
Ahí es cuando tomaron testimonio a dos personas: a la viuda de Antonio, una enfermera de veintisiete años llamada María Jesús Moreno, a la que todos conocen como Maje, y a su amiga íntima, Rocío. De esas primeras declaraciones, la Policía sacó petróleo.
Maje tenía una relación extramatrimonial
Rocío contó que Maje llevaba tiempo manteniendo una relación extramatrimonial con José, un publicista al que conoció saliendo de fiesta. Este dato, esta relación, Maje la ocultó, así que la Policía puso su primer foco de sospecha en la vida sentimental de la viuda. Tanto, que en ese mismo momento, tal y como lo cuenta ella en el podcast, la jefa de Homicidios bautizó la investigación como Operación Viuda Negra.
Los dos primeros sospechosos son la propia Maje y el tal José, su amante, porque los dos, aparentemente, son los principales beneficiados de la muerte del marido de Maje.
Por eso precisamente la Policía comienza a escuchar las conversaciones de Maje y su novio. Estamos en los últimos días de agosto de 2017. Han pasado ocho días desde el asesinato de Antonio.
Una de las dos caras: la viuda dolida
Esta es una de las primeras llamadas que la policía grabó a Maje. En los ocho capítulos del podcast aparecen muchas de estas conversaciones que la Policía (y yo) escuchó entre agosto de 2017 y enero de 2018. Esta es una de las dos caras de Maje: la viuda doliente.
Maje era una afectada y afligida viuda para los familiares y amigos de Antonio Navarro, como corresponde a alguien que ha perdido a su esposo de esa forma. Pero cuando hablaba con su entorno más cercano era muy distinta.
Viviendo la vida loca
Tan distinta que no solo no era una viuda doliente, sino que estaba viviendo la vida loca. Un par de semanas después del crimen vivió un tórrido encuentro con un guardia urbano de Barcelona, que narró así a su amiga Rocío.
Maje tenía cierta facilidad para simultanear relaciones. En algunas conversaciones Maje aparentaba estar muy enamorada de José. Como en esta que tiene con su amiga y confidente, Rocío.
Pero, claro... También era así de melosa con Sergio, el amante del hotel de Alicante. Aunque, para ser justos, la balanza se inclinó a favor de José, que parecía cubrir todas las necesidades de Maje.
La Policía no encontraba pruebas
El problema es que la Policía no encontraba en todas esas conversaciones nada para poder avanzar. Aunque estaban convencidos de que el móvil del crimen estaba en la vida sentimental de Maje no había nada incriminatorio, no daban con la pistola humeante.
Sin embargo, en el Grupo de Homicidios de Valencia nadie se ponía nervioso. Esther, su jefa, una veterana investigadora, lo explica muy bien en 'Operación Viuda Negra'. Al final, se trata de coger al malo y, si se ha cogido la línea buena, ocurre un error.
Y ese error, ese fallo del que habla la inspectora, llegó cuando habían pasado algo más de dos meses desde el inicio de la investigación, concretamente el 8 de noviembre. Maje llama a un teléfono al que hasta entonces no había llamado, que era desconocido para la Policía. Y escuchan esto...
Esta conversación sí es la pistola humeante. Un hombre lloroso, al que se ve enamorado hasta las patas, habla con Maje y le dice que ha hablado con la Policía. Ya habéis oído la reacción de ella. Los dos quedan en verse unos días después y los agentes cubren esa cita.
Y después de cubrirla, escribirán un informe en el que describen al hombre con el que se cita Maje, el llorón. Dicen de él que es muy distinto al resto de amantes que conocen de la enfermera: mayor, con poco atractivo...
Maje tenía otro teléfono
Se llama Salvador Rodrigo y es compañero en uno de los hospitales en los que trabaja Maje. La policía averigua que Salva le entregó a Maje un teléfono solo para que hablase con ella y que esa llamada del 8 de noviembre que Maje hace desde su número habitual es un error de ella.
Ese teléfono B también empieza a ser escuchado por los policías y se dan cuenta de que, más que un amante, Salva es un pagafantas: alguien que le hace a Maje toda clase de recados, que la lleva y la trae, que le hace la compra, que le hace chapuzas en casa... A cambio de un poco de sexo.
El candidato ideal para haber hecho de sicario de Maje
A partir de ese momento, la policía tiene un nuevo teléfono que escuchar: el de Salva. Y un nuevo sospechoso, claro. A Salva se le ve tan loco de amor, que la Policía cree que es un candidato ideal para haber hecho de sicario de Maje, que sigue haciendo su vida con José: planean comprarse una casa, tener hijos...
Para avanzar en la investigación, lo que hizo la Policía fue remover el avispero: hacen llegar al entorno de los sospechosos que la operación estaba acabada, que el asesino de Antonio Navarro estaba a punto de caer...
Operación Viuda Negra: el podcast de Onda Cero
A partir de aquí nos guardamos la información e invitamos a todo el mundo a que escuche en la web o en la app de Onda Cero 'Operación Viuda Negra'. Son ocho capítulo cortitos, de una media hora (recuerdo: un capítulo nuevo cada jueves) y ahí escucharéis estas llamadas, muchas más, el relato de la jefa de Homicidios y hasta los acusados y los testigos en el juicio.