Pedro Sánchez anunció ayer, tras cinco días de reflexión, su decisión de permanecer al frente de la presidencia del Gobierno. En su discurso, apeló a la sociedad para que hiciera con él un ejercicio de reflexión colectiva y se comprometió a impulsar una regeneración democrática. Sin embargo, muchos han visto este parón como un ejercicio de cálculo político y una estrategia partidista.
El presidente aseguró que influyó mucho en su decisión la manifestación de líderes socialistas y simpatizantes en la calle Ferraz para apoyarle, aunque si esta decisión ya estaba tomada desde el sábado, "no tiene sentido que no se lo hubiera comunicado a su partido, gobierno, ministros...", opina Alsina en su cita semanal en 'Espejo Público'.
Por su parte, Susanna Griso hace referencia al "paripé, la farsa y el engaño con el viaje a la Zarzuela, que se pensaba que era para presentar su dimisión", algo que podía haber transmitido a Felipe VI por teléfono y que, sin embargo, "se mantuvo en secreto hasta el último segundo dentro de La Moncloa para tener a todo el mundo pendiente".
Sánchez esperaba una movilización masiva
Con todo esto, Sánchez calculaba que habría una masiva movilización ciudadana en las calles de España y, por el contrario, no sucedió así. En "el guion que pudiera tener el presidente en la cabeza" eso sería lo que le llevaría a continuar en el cargo.
"Pero eso no ha pasado, e invocar eso que no ha pasado como el elemento que te ha llevado a tomar la decisión es un poco absurdo", dice Alsina quien insiste en creer en que "todo era cálculo".