Ves algo que está pasando y dices: "pero si esto yo ya lo he vivido".
• Ves a Esperanza Aguirre dimitiendo: "esto ya lo he vivido".
• Ves a Rajoy presumiendo de su firmeza contra la corrupción: "esto ya lo había dicho".
• Ves a Pedro Sánchez diciendo que va a ganar unas elecciones: "esto también pasó ya, ¿no?
Ayer quizá le pasó a usted como a mí: un déjà vu.
21 de diciembre de 2015. Día siguiente a las elecciones. Pablo Iglesias comparece ante la prensa. Hay ambiente de euforia en su partido porque han sacado un montón de escaños. Gran expectación en la sede de su partido.
Iglesias, que aún no gastaba chaqueta y aún no había cambiado a Errejón por Irene y Garzón iba a hacer un gran anuncio.
Pablo anunció una ronda de contactos. Para abordar la reforma de la Constitución. Los politólogos se descubrieron ante la audacia de Iglesias. Guau, dijeron, este tipo sabe cómo marcar la agenda.
• Pablo no había ganado las elecciones.
• No podía gobernar.
• Ni siquiera era la primera fuerza de la izquierda.
• Pero iniciaba una ronda de contactos. Como si fuera él el elegido para poner España en marcha.
Abril de 2017, año y medio después. Repetición de la jugada.
Pablo y sus oficiales forzando el gesto de gravedad —chavales, hoy ni media sonrisa, todos con cara de qué terriblemente preocupados estamos— y anunciando que inician otra ronda de contactos.
El momento siempre es histórico y siempre está ahí Podemos para darle salida.
En realidad, si uno rasca un poco comprueba que lo que se anunció ayer no es una moción de censura. Lo que se anunció, como si fuera el mayor hito de nuestro tiempo, es que Pablo ha podido hablar un rato con Toxo, otro con el portavoz de Jueces para la Democracia y otro con algún diputado socialista. O sea, lo que hace todas las mañanas Ferreras.
Hemos podido hablar con el PSOE, guau, hemos podido hablar con Toxo, impresionante, hemos podido hablar con Jueces para la Democracia, qué despliegue de medios.
Pablo es un consumado ilusionista. Hace tres llamadas, manda cuatro sms y se planta en la plaza pública a vender una formidable operación política. De la nada saca petróleo. Y a su parroquia la mantiene entusiasmada.
• Ya sabemos que en diciembre al final ni hubo ronda de contactos ni hubo nada.
• Ya sabemos que esta vez tampoco habrá gran cosa.
• Pero en eso consiste la la habilidad del mago: en que veas a Rajoy en su caja de madera, como si acabara de ser troceado en el escenario ---la cabeza por un lado, las piernas por otro-- donde en realidad sigue habiendo un único Rajoy verdadero, y entero, al que no le ha pasado nada.
Abracadabra. El público morado aplaude. Y una parte del público rosa, que es el del PSOE, también. Misión cumplida. No hay mago socialista capaz en el Congreso de hacerle sombra.
• La intención de esta loción de censura, también lo sabemos, no es derribar a Rajoy.
• La intención es señalar al PSOE y decirle: vosotros no hacéis nada.
• La intención es que pase esto que ya ha pasado: que los medios titulamos "Podemos se queda solo en su moción de censura". Y los Pablos, Iglesias y Echenique, tocan las castañuelas. “Chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia”. Nunca la soledad fue tan agradecida.
¿Qué hay de nuevo, viejo? ¿Qué hay de nuevo en la operación Lezo?
En El Confidencial, la transcripción de una de las conversaciones que captó el micrófono escondido por la UCO en el despacho de Ignacio González. Una reunión de los tres hermanos, los dos que están hoy en prisión preventiva, Nacho y Pablo, y la hermana pequeña, Isabel, que es diputada autonómica. Comentan que La Gaceta ha publicado que va a haber novedades judiciales sobre Ignacio González y que Isabel ha indagado llamando a alguien que conoce en el grupo Intereconomía. Y se confirma que Nacho sabe que su teléfono y el de Ildefonso de Miguel, el ex gerente del canal, están pinchados. A la hermana le dice que tenga cuidado. Y él mismo comenta que lo que más miedo le da es lo que Ildefonso haya dicho por teléfono. "Eso es lo que más que acojona a mi. Lo que va a salir por teléfono. No creo que haya sido tan gilipollas, pero…." Ay, pero, pero.