OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "En Suiza no hay eurooden, lo de Anna Gabriel es cobardía y punto"

Desde su nuevo cargo, allá en Frankfurt, podría cantar Luis de Guindos el himno de España con la letra de Marta Sánchez, que es la de la añoranza de quien está lejos de la patria.

ondacero.es

Madrid |

Podría, pero no lo hará. Porque De Guindos está loco por irse ya de del gobierno. Loco por la música del Banco Central Europeo o de cualquier otra institución en la que hubiera encontrado acomodo. Es un señor cargo el que ha merecido el todavía ministro. Vice MarioDraghi, nada menos. Vicepresidente del Banco que decide la política monetaria con plena autonomía, independencia plena, de los gobiernos nacionales de los países euros.

Es tal la independencia entre el Banco y los gobiernos que el principal pero que tuvo la candidatura de De Guindos es que siguiera siendo ministro a la vez que ya aspiraba al puesto. Ahora, la anomalía se prolonga. Guindos ya celebra su nuevo cargo, agradece haber sido elegido, habla como viceDraghi in péctore, pero permanece como ministro.

Él dijo ayer que sólo por unos días. Un periódico bien conectado con De Guindos llegó a publicar que pasado mañana lo dejaría.

Pero luego salió Rajoy a decir que él no tiene prisa. Que esperará a que el Consejo Europeo formalice la elección. Es decir, para el 22 de marzo.

Entre dejar el ministerio en unos días y esperar al 22 de marzo hay un trecho notable. Nada extraño, por otra parte, en un gobierno que practica el teléfono escharrado como nadie. Lo mismo sale una ministra confirmando que habrá casilla para los padres catalanes que quieran enseñanza en castellano que sale otro ministro diciendo que él nunca ha hablado de casilla ni de nada parecido.

Sólo hay una persona que debe de estar esta mañana aún más entusiasmado que De Guindos. Es el ministro de Hacienda, enemigo íntimo del saliente, y responde al nombre de Cristóbal Destroyer Montoro.

¿Cuándo se irá De Guindos? Es posible que ni él mismo lo sepa. La carta de libertad se la tiene que firmar el presidente.

Usted ya sabrá que hace una semana el Parlamento Europeo opinó que entre De Guindos y el candidato irlandés, el bueno era el irlandés. Y quizá recuerda que explicamos aquí que cuando un inconveniente como éste se presenta —al Parlamento le gusta el que los gobiernos han decidido que no va a ser— la forma de resolverlo es persuadir a éste para que abandone la carrera. Chico, si el irlandés se ha rajado, pues a quién van a elegir, sino al que queda.

Ésta siempre fue una competición nada transparente en la que el Parlamento Europeo es un florero, en la que cuento éste del examen a los candidatos es un puro paripé y en el que la elección la pactan los jefes de los gobiernos entre ellos. Rajoy maniobró con eficacia entre bastidores y aquí está el resultado. España recupera el sillón que perdió en el BCE cuando la recesión y todo aquello.

Se le premia al gobierno español por haberse aplicado en las recetas económicas que la Unión pactó entonces. La austeridad, las reformas y el rescate de las cajas de ahorros.

• No te eligen si eres el más torpe del pelotón.

• O si en tu país las cosas van a peor.

• O si no has sido capaz de tejer alianzas.

La España de 2012 era una España en recesión y ésta de 2018 crece al 3 %. La prima de riesgo estaba en 300 puntos (llegó a alcanzar los 600) y ahora no llega a los cien puntos. Le quedan muchas averías por arreglar a la economía española, pero en la comparativa con el día en que asumió el cargo De Guindos sale muy bien parado.

No pasa por reconocer eso y no pasa nada por reconocer que es eso lo que le sirve a España para hacerse valer hoy ante los socios europeos. No pasaría nada porque lo reconociera la oposición. Le pasaba al PP cuando estaba Zapatero y le pasa al PSOE y los demás ahora que está Rajoy. Todo negativo, nunca positivo.

Gana Rajoy y pierden quienes dieron la batalla contra esta candidatura. Singularmente Sánchez. Que es quien decidió combatir la candidatura primero con el argumento de que debía ser una mujer y luego negándole méritos para el puesto.

Cuando te empleas a fondo contra un candidato y en Europa lo acaban eligiendo, eres tú quien sale desairado. No tiene más vueltas.

Van a escuchar ahora a un tipo de Sortu —sucesor de Otegi al frente de este partido— respondiendo ayer a la pregunta de qué le pareció lo de Andoain. El recibimiento-homenaje que un numeroso grupo de vecinos afines a la izquierda abertzale le dio a dos etarras regresados de la cárcel y la presencia de seis militantes del PP lamentando que ese homenaje se produjera.

Adivinen: ¿le parece anómalo al de Sortu que se rinda homenaje a dos soplones que ayudaron al asesinato de Joseba Pagaza? Respuesta: por supuesto que no. Lo que le parece censurable es lo otro: que vayan seis del PP a quejarse. Lo llama esta mente privilegiada el escrache del PP. Seis personas haciendo escrache a doscientas. Los pobrecillos doscientos, rodeados por estos seis. Y he aquí la explicación de este Arkaiz Rodríguez, el de Sortu. Resulta que el PP estaba más cómodo en la etapa en que había asesinatos de ETA. Aquellos años en que les mataban concejales por ser del partido.

ETA mataba a concejales del PP y del PSE con el silencio cómplice de la izquierda abertzale. Ésa es la etapa que, según el de Sortu, añoran los populares. Y el tipo va de estadista. Y de pacifista. Y de moderno.

Bueno, ¿y con el himno de Sánchez qué pasa? Sánchez, Marta, letrista de himno nacional de España.

Pues pasar, no ha pasado nada. Que el persona opinante intercambió ayer impresiones todo el día y que pudimos escuchar a Marta, aquí mismo, celebrando el eco que ha tenido lo suyo.

Igual lo más llamativo de ayer fue la actitud con que se lo tomó Carmen Calvo, portavoz ocasional del PSOE. Salió el asunto en la rueda de prensa y fue como si la ex ministra se pusiera el traje de los Tedax y se aproximara a la cuestión como si tuviera delante una bomba de relojería. Como en la película de la Bigelow.

En tierra hostil. La desactivadora de explosivos. Con los guantes gordos, las pinzas y el alicate temerosa de cortar el cable que no es. Le han preguntado por Marta Sánchez. La pregunta más compleja de la mañana. La que encierra más peligro. Cómo salir airosa de un momento tan comprometido.

Esto que van a escuchar es lo que ocurre cuando te piden una opinión sobre la letra que ha inventado una cantante y tú, para no darla, solemnizas lo obvio.

Tiene muy buena voz y se lo digo yo que he sido ministra de Cultura. Ya sabemos que el himno no tiene letra. Se trataba de saber qué le parece usted esta que le ha puesto Marta. Tampoco parece que sea una cuestión de altísima política. Ni siquiera que requiera de una consulta previa a la militancia.

¿O acaso cree el PSOE que a Sánchez, Pedro no le va a preguntar Susanna Griso esta mañana por Sánchez, Marta?