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Monólogo de Alsina: "Ortúzar, contra el 155 mientras Urkullu reclama investidura para cumplir el pacto con Rajoy"

Lunes de Pascua. Iniciamos el segundo cuarto del año. La primavera que nos conducirá al verano y a las próximas vacaciones, que ahora mismo nos parecen terriblemente lejanas, ¿verdad?, pero efectivamente lo están.

ondacero.es

Madrid |

Un día difícil este primer lunes de abril.

De regreso a la rutina. Al madrugón. Al atasco. Al cole, si eres niño escolar y me escuchas esperando la ruta.

Hay cinco comunidades autónomas donde hoy es fiesta. En el resto, ya lo siento pero no. Siguen durmiendo a esta hora en el País Vasco, Navarra, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares. Los demás llevamos en pie, ¿verdad?, ya un rato largo.

Aliviados porque no nos ha caído encima la chatarra espacial ésta de los chinos. Tiangong Y. Un laboratorio espacial que les ha durado menos que una lavadora. Ríete tú de la obsolescencia programada. Lanzaron una estación espacial hace siete años y hace un rato se ha desintegrado al entrar en nuestra atmósfera. Que lo de "nuestra" esta mañana tenía peligro porque el cacharro éste estaba dando vueltas ahí arriba y dependiendo de la velocidad a la que entrara podía caer lo mismo en Valparaíso que en Tanzania o en León. Entre Oporto y el Miño, precisó La Voz de Galicia. Vale que los expertos en chatarra espacial —que crecieron todos viendo la serie aquella de la nave escoba, ¿se acuerdan?—. ¿Cómo no van a acordarse, no han tenido ustedes infancia?

Era una serie magnífica, con tramas, sub tramas y sub sub tramas, mucho mejor que el serial puigdemoníaco, dónde va a parar. Pues los expertos en chatarra del espacio sostienen que es casi imposible que le caiga un trozo de este cacharro a nadie. Es verdad que a esta hora no tenemos noticia de daño alguno causado por la estación china en descomposición, pero también decía el gobierno que era imposible que le colaran seis mil urnas en Cataluña y ya saben ustedes lo que pasó hace medio año. Y también decía Convergencia que era imposible que se aplicara el 155 y va para cinco meses.

Los líderes de la resistencia independentista —que así se ven a sí mismos, como aguerridos combatientes contra el imperialismo español— hoy siguen de libranza. Ya lo dijo Cardús, que es uno de ellos, el martes todos al pie del cañón de nuevo. El martes, porque en festivo el cañón descansa. No vas a estar movilizándote en la calle los días de Pascua, pudiendo estar tumbado a la bartola en tu segunda residencia del Pirineo.

De guardia se ha quedado la tropa saboteadora, estos que se hacen llamar defensores de la república y que tienen de comité lo que Anna Gabriel de exiliada. Los CDR, los llaman. Los cedorros, la carrér-borroka. Facciones entrenadas en la agitación, el sabotaje, el acoso y la algarada. Con sus capuchas, sus pancartas y sus banderas.

Dueños de las carreteras. Un día desmontan las barreras del peaje para que los automovilistas entren sin pagar, al día siguiente cortan la autopista para que los mismos automovilistas no puedan moverse. Hoy le hago la puñeta a la concesionaria, mañana te la hago a ti. Para que entiendas de qué se trata. Se trata de demostrar que yo hago lo que quiero contigo sin que a mí me pase nada. Yo nunca pago.

"No volem pagar", coreaban ayer en los cuatro peajes que sabotearon. "No volem pagar". Como salmo responsorial de la arremetida contra la legalidad democrática está bien escogido. No queremos pagar por lo que hemos hecho.

Puigdemont, en su celda alemana, ha recibido visita de unos políticos de allí —esta vez no eran de ultraderecha, parece— y les ha cantado una canción. O eso han contado ellos, a la salida. Se te pone Puigdemont a cantar y qué vas a hacer, salvo pedir al funcionario la hora.

Ha dicho Dastis, por cierto, que la propaganda independentista no tendrá ningún eco en Europa. Así, en futuro lo dice. Esto obliga a preguntarse si el ministro de Exteriores lee los diarios del exterior. O si vive, por decirlo amablemente, en este planeta.

Éste que van a escuchar ahora es un hombre incómodo con la publicación de tantísimas encuestas.

Que deben de estar baratas las encuestas, señora. Eso dice José Luis Ábalos, uno de los generales de Pedro Sánchez. Incomoda que haya tantas encuestas no porque las haya, sino por lo que reflejan. Si todas dijeran que el PSOE se desmarca de sus competidores, mete distancia a Podemos, deja atrás a Ciudadanos, sobrepasa al PP…estaría el amigo Ábalos transmitiendo los sondeos en tiempo real. Peor lo que dicen las encuestas es otra cosa: que quien anda destacado es Rivera, quien repunta ligeramente es Podemos y quien se estanca es el PSOE. Y que quien se desmorona es el PP, claro, en un proceso de adelgazamiento abrupto y sostenido que tiene a Rivera hinchado como un globo.

Al ritmo que va en las encuestas, antes de que lleguen las elecciones Ciudadanos ya habrá conseguido todos los escaños del Parlamento. Que si roza el 30 % del voto, que si ya le saca veinte escaños al PP y treinta al PSOE. En el Parlamento virtual, Rivera va camino de la mayoría absoluta. En el Parlamento de verdad, sigue teniendo 32 escaños. 32 de 350.

Éste al que van a escuchar ahora es el presidente del partido que mejor se entiende con Rajoy y que más está haciendo por que permanezca en el cargo. Y también, el que más trabajo se toma en disimularlo. No, no es Rivera.

El presidente del PNV, Andoni Ortúzar, en el momento más vibrante de su actuación —sobreactuación más bien— de su mítin de ayer. Vade retro, 155, nunca jamás mientras estés en vigor. A grito pelao, no vaya a parecer que el PNV flaquea en su adhesión fraternal al independentismo catalán.

Bien es verdad que luego sale Urkullu para decirle a los hermanos independentistas catalanes que hagan una investidura seria de una vez y acaben ellos con la intervención del autogobierno. Porque, en efecto, está en sus manos.

Liberaos vosotros del 155 que yo tengo que cumplir mi pacto con Mariano. Y el pacto, de hace un año, dice que el nuevo cupo vale por el apoyo a los presupuestos del 17, del 18 y, si hace falta, del 19. El PNV, a diferencia de Rivera, no compite con Rajoy. El PNV negocia, saca lo que puede y cumple su parte. En Madrid con el PP y en Euskadi con el PSE. 155 por partida doble.

Coincidían El País y El Mundo ayer en afirmar que en el PP se ha abierto el debate sobre la jubilación de Rajoy. Mira que es raro que en el PP se abra ningún debate, menos aún sobre qué debe hacer el líder supremo. El titulo de El País era casi humorístico: "El PP se ve en la obligación de considerar el relevo de Rajoy", así, a la fuerza. Apretando los dientes y arrastrando los pies. Como si el PP pudiera tener vida propia al margen de los deseos de su presidente.

Lo que tenga en la cabeza Rajoy sobre su fecha de caducidad no lo sabe ni el espejo en el que se mira cada mañana. Pero debe de ser verdad que algunos piensan que está pensando en apartarse porque es ahí donde se colocan algunas piezas sueltas de estas últimas semanas:

Feijoo apareciéndose en Salvados. Con poco éxito, por cierto.

Cifuentes en apuros por un cambio de nota de hace cuatro años en un máster de hace seis que aparece ahora. El cambio de nota, no el trabajo del máster, que no aparece.

El retorno de las crónicas sobre la legendaria rivalidad, juego sucio incluido, entre la vicepresidenta para todo y la general secretaria.

Pues oiga, veremos.

Las elecciones, salvo que a Rajoy se le venga el mundo encima, será en el año 2020. Para entonces, los niños de los Montero Iglesias (o los Iglesias Montero) ya tendrán por lo menos un año y medio. Los mellizos y las mellizas. Sobrinos postizos de Echenique y Monedero. La gran familia de Podemos.