El debate sobre la legalización de los vientres de alquiler se ha vuelto a abrir en España después de conocerse queAna Obregón ha tenido una hijapor gestación subrogada. No solo ha levantado la polémica por llevar a cabo este tipo de reproducción, ilegal en nuestro país, sino porque ha empleado el esperma de su hijo fallecido y el óvulo de la mujer gestante y porque al contrario de lo que sucede en otros casos, ha podido inscribir a la niña en el registro.
Por su parte, la ministra de Justicia, Pilar Llop, se ha mostrado totalmente en contra de esta práctica, porque "atentan gravemente contra los derechos más fundamentales y humanos no solo de la mujer que gesta, sino también del menor, porque los tratan como objetos, los cosifica".
No somos un producto más de consumo
Llop considera que "no se puede comerciar con los cuerpos de las personas, las personas no somos un producto más de consumo y menos los niños y las niñas". Y por ello, el Tribunal Supremo se ha pronunciado en contra en numerosas ocasiones, "la gestación subrogada tiene ya una respuesta en nuestro sistema, es una práctica que no está admitida", dice. Al igual que la ONU, que "lo considera venta de niños".
Además, la ministra sostiene que los contratos de gestación subrogada son "impresionantes" porque suponen una "vulneración de los derechos sexuales y reproductivos y de todos los derechos de la mujer gestante".
Sin embargo, la titular de Justicia justifica que si la gestación subrogada se ha llevado a cabo en un país donde es legal, cuando el bebé viene a España, "hay que dar una solución" y siempre será mirando "por el interés superior del menor". Alega que entregarlos a instituciones públicas le "parece muy cruel", por lo que se permite "su inscripción en España siempre y cuando se haya legalizado en el país de origen". "Me parece una solución válida", concluye.