OPINIÓN

VÍDEO del monólogo de Carlos Alsina en Más de uno 17/01/2019

Carlos Alsina aborda en su monólogo la intervención del líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, durante el debate de investidura de Juanma Moreno como presidente de la Junta. Además, habla del rescate de Julen en el pozo de Totalán, Málaga, y de las palabras de Pedro Sánchez en el Parlamento de Estrasburgo.

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Madrid |

Después, y como ocurre con los sucesos que afectan a familias corrientes, fuimos sa-biendo más. Su nombre, Julen, que al principio escríbiamos con “y” griega y luego ya con “jota”. El nombre de sus padres, José y Vicky. El barrio donde reside la familia, el Palo. Supimos que Julen no tiene hermanos aunque sus padres están intentando que tenga por lo menos uno. Supimos que encajaron ellos, hace algún tiempo, la muerte de un hijo de tres años, desplomado en la calle por muerte súbita. Y supimos que Julen jugaba el domingo con su prima en la finca, corriendo por el campo con su padre y su tía cerca, cuando pisó en unas piedras que se movieron y la tierra, de pronto, se tragó al crío. El pozo que hemos visto cientos de veces cada día, cada hora, esta semana en la televisión. La boca de esa perforación cilíndrica, esa trama de cien metros de hondo, que se tragó al niño.

Casi cuatro días han pasado desde que sucedió. Casi cuatro días ya intentando dar con Julen ahí abajo. Aspirando tierra y removiendo piedras con un robot en la confianza de poder localizarle. Y aquello que el lunes parecía un plan imposible, mover la tierra alrededor del pozo, excavar el monte, subir hasta allí la maquinaria pesada para abrir un túnel que permita llegar hasta el maldito pozo, aquel plan imposible es el que se ha abierto paso y el que están ejecutando ahora un grupo numeroso de operarios, ingenieros, bomberos, mineros y geólogos. El túnel horizontal en busca de Julen.

El día que está comenzando para usted y para mi empezó hace muchas horas en ese punto de Totalán. En realidad allí, desde el domingo, los días ni empiezan ni terminan. Es todo un mismo día, angustiosamente largo.

A diferencia de lo que hacía cuando era Simplemente Pedro, Sánchez pasó de puntillas sobre el populismo independentista, aquel que identificaba en otros tiempos como xenófobo y fanático. No cargó la suerte en la cuestión catalana, pero empezaron las curvas. Primero, por los aliados que el independentismo tiene en esa cámara. Una diputada del Partido Verde, un diputado francés, un diputado galés que fueron tomando la palabra para acusar a España de tener presos políticos.

Martillearon con lo de los presos y exhibieron carteles amarillos. Reaccionó el presidente colocando uno de sus clásicos: su frase estribillo. No hay un problema de independencia en Cataluña, hay un problema de convivencia.

Y ahí se hicieron las curvas aún más curvas. Porque le tocaba a González Pons, portavoz del PP, y éste le recriminó a Sánchez dos cosas: que hubiera hecho un discurso falso.

Y que hubiera dejado sin respuesta la acusación de que España tiene presos políticos en sus cárceles.

Le volvió a suceder a Sánchez lo que ya le pasó en el Congreso cuando Rufián le llamó secuestrador y carcelero y él fingió que no se había enterado. Sólo que ayer no fue Rufián. Fueron unos cuantos aliados de Rufián los que entonaron la misma cantinela.

En defensa del presidente acudió en socorro un ex ministro de Zapatero que hizo todo lo posible, hace un año, para enterrar a Sánchez y coronar a Susana Díaz. Responde al nombre de José Blanco y hace méritos para que le metan de nuevo en la candidatura socialista de las europeas, que es un sillón para cinco años.

José Blanco, antiguo estratega jefe de la dirección socialista y fabricante de algunos de los eslóganes y las consignas que más exprimió su partido. Entre ellas aquella de llamar al PP la “derecha extrema” para no decir extrema derecha pero que sonara parecido.

Cuando te has pasado meses diciendo que el PP es heredero del franquismo, aparece Vox y a ver qué dices. Para Susana Díaz, los herederos del franquismo ahora son los de Vox. Y el pecado de Moreno Bonilla es apoyarse en ellos para poder ser presidente de la Junta. Por eso anoche Moreno en su entrevista con Juan Ramón Lucas quiso dar esta noticia de sólo tres palabras:

Franco murió cuando Moreno tenía cinco años y no se siente socio del franquismo. Aunque sí de Vox, con quien tiene firmado un pacto de investidura. Ahora que la investidura ya pasó, vamos a ver qué queda del pacto y los compromisos que ahí se recogen.

El debate de investidura le sirvió a Vox para reivindicarse como la versión españolísima de los nuevos indignados. Indignados porque se atacan,dijo Serrano, sus valores, sus tradiciones, sus costumbres, indignados con el feminismo e indignados con el lenguaje inclusivo.