VÍDEO del monólogo de Carlos Alsina en Más de uno 28/09/2018
Llega viva al Consejo de Ministros de hoy, contra lo que muchos pronosticaron, la ministra Dolores Delgado.
Llega renqueante, pero aún llega, el ministro Pedro Duque.
Que no es un ladrón. No es un corrupto. Y no llegó a ser la figura más relevante de su campo profesional —la ingeniería aeronáutica— en nuestro país porque nadie se lo regalara. No consta que nada de eso se le pueda reprochar.
A pesar de lo cual tiene un problema. O dos.
• El primero, que una de sus afirmaciones de ayer no coincide con lo que dicen las cuentas de su sociedad patrimonial.
• El segundo, que el gobierno al que pertenece ha sido uno de los principales promotores de la idea, interesada, de que todo el que crea una sociedad y pone patrimonio a su nombre es un defraudador que merece el repudio.
El ministro, como empezamos a contar ayer, creó en 2005 con su esposa una sociedad patrimonial que es titular de las dos viviendas que poseen, la de Madrid y la del campo, como las llamó Pedro Duque. Tener la casa en la que vives a nombre de una sociedad que también es tuya no es irregular (aunque a usted, que me escucha, le pueda resultar inusual porque usted se compra la casa a su nombre y nunca ha sabido nada de sociedades patrimoniales). Irregular no es, pero exige —Hacienda exige— que luego se cumplan algunas reglas. Una de ellas, que tú, como persona física que vive ahí, pagues lo correspondiente a un alquiler a la sociedad que aparece como propietaria. Dices: pero si eres tú mismo, el que paga y el que cobra. Pues sí pero no. Porque, a efectos fiscales, una cosa eres tú y otra la sociedad que tú has creado. Y tiene que aparecer que tú, persona física, pagas por vivir ahí y que la sociedad lo cobra. Esto es lo que Duque dijo ayer que él y su esposa hicieron…
…y que, sin embargo, en las cuentas de la sociedad no aparece.
¿Es un escándalo morrocotudo? Pues no parece. Porque, a efectos fiscales, no es precisamente una fortuna lo que cambia. Pero…no deja de ser una inconsistencia entre lo que el ministro contó y lo que en verdad hay. Producto, probablemente, de que el día de esa sociedad se lo ha llevado un gestor y él no se ha ocupado de los detalles, pero que no evita que él dijera ayer en público que se autoalquilaban las viviendas y que, cuando le preguntaron si tiene pruebas, reaccionara con gesto incrédulo.
El segundo problema es el de la coherencia de lo que hizo, ajustándose a la norma, el ministro y el discurso que ha venido alimentando el gobierno al que pertenece. Esta idea de que todo contribuyente que busca la forma de pagar menos a Hacienda es un mal ciudadano. Nada ejemplar, según la doctrinaCarmen Calvo.
El gobierno se haría un favor a sí mismo si saliera a decir: españoles todos, cuando un contribuyente cualquiera, sin hacer ninguna trampa, pudiendo pagar 10 o pagar 8 elige pagar ocho no sólo no tiene nada de lo que avergonzarse sino que está pagando justo lo que le corresponde. Si no hay trampa, si no hay ocultación, si no hay irregularidad, intentar pagar lo menos posible no es eludir el pago de impuestos, es pagar lo que en rigor te toca. No es evadir. No es defraudar.
Pero esto es justo lo que no se espera de un presidente que llegó a afirmar en televisión, sin matiz alguno, que en España los ricos no pagan IRPF.
Por cierto, unas horas después de salir lo de Duque se supo que el gobierno publicará en breve los bienes de altos cargos de la etapa anterior. Y publicó elplural queRafael Catalá también tuvo sociedad y puso a su nombre varios inmuebles. Bienvenidos a la España del ventilador, en la que no siempre está detrás de todo lo que se filtra Villarejo.
Que dice Sánchez en correcto inglés para que lo entiendan PuigdemontyJunquerasque está en su mano cuánto dura esta legislatura. Si eligen bronca, disuelve las Cortes y vamos a elecciones. Si eligen el diálogo, se aseguran dos años más sin el PP gobernando en Madrid.
Éste ha sido siempre el plan Sánchez. Y vale para los independentistas y para el resto de los socios que tuvo en la moción de censura. O le dan el oxígeno que necesita para aguantar hasta 2020 (Presupuestos del año que viene incluidos) o convoca elecciones con el riesgo, para todos ellos, de que el PP sume con Ciudadanos y gobierne.
Entretanto, prosigue el gobierno con su lluvia fina de presión constante a los jueces y fiscales del Supremo. Ayer encomendando la partitura a Miquel Iceta, el hombre que ya en diciembre apostaba por indultar, llegado el caso, a los procesados. Y que la prisión preventiva ya dura demasiado.
Pero vamos a ver,Iceta, si no le corresponde valorar si hay una alternativa más segura, de dónde saca que la preventiva ya dura demasiado. Si dura demasiado será porque saber usted cómo hacerla más breve. Y defina usted demasiado. ¿Un mes le habría parecido bien? ¿Seis meses? ¿Un año? Bajo qué criterio. Un recluso preventivo procesado por un delito castigado con 25 años, perdóneme, pero acostumbra a seguir en prisión hasta que se celebra el juicio. No hay nada inusual en la situación de Junqueras, por gravosa que sea, naturalmente, para él y para su familia. No están siendo tratados estos procesados con más severidad que el resto de procesados por delitos graves en España, en contra de la impresión que se esfuerza en transmitir el Partido Socialista.
La fake impresion, ya que ahora presidente y vicepresidenta del gobierno están tan persuadidos de que las fake news son un asunto terrible que aconseja ponerse a legislar para poder controlar más lo que los medios de comunicación publicamos.
Será que en otros países no hay leyes que regulan y limitan el derecho a la libre expresión y la libre opinión. En España sí que las hay. Hay regulación. Hay límites. Se puede perseguir a quien difunde mentiras y difama a la gente. El presidente Sánchez, por ejemplo, anunció una demanda contra dos medios de comunicación por difamarle al acusarle de haber plagiado una tesis. En su derecho estaba a la demanda porque hay leyes que protegen al difamado. Pero no consta que veinte días después de anunciarlo haya hecho uso de su derecho.