Prohibido abofetear o dar azotes a los hijos: la nueva ley anti "violencia educativa" de Francia
Hace apenas unos días, Francia dejaba de ser prácticamente una excepción en Europa. Varias décadas y un largo proceso parlamentario han sido necesarios para que por fin este país, a menudo pero no siempre, en la vanguardia de los avances sociales decidiera formalmente prohibir la bofetada, el cachete, el azote la mal llamada “violencia educativa” que hasta ahora estaba tolerada y permitida en el hogar como correctivo puntual para padres superados por las circunstancias e incapaces de controlar a su progenie. Y no es que la nueva ley vaya a sancionar más duramente un revés en un momento de irritación.
Álvaro del Río
Madrid | (Publicado 21.07.2019 18:55 )
Hace apenas unos días, Francia dejaba de ser prácticamente una excepción en Europa. Varias décadas y un largo proceso parlamentario han sido necesarios para que por fin este país, a menudo pero no siempre, en la vanguardia de los avances sociales decidiera formalmente prohibir la bofetada, el cachete, el azote la mal llamada “violencia educativa” que hasta ahora estaba tolerada y permitida en el hogar como correctivo puntual para padres superados por las circunstancias e incapaces de controlar a su progenie. Y no es que la nueva ley vaya a sancionar más duramente un revés en un momento de irritación.
Lo que pretende, con voluntad pedagógica, es sensibilizar a los nuevos padres de que cualquier gesto violento por excepcional y proporcionado que pueda parecer tiene consecuencias y puede provocar traumas en el menor. A partir de ahora, la prohibición de todo castigo corporal figurará en el libro de familia y hasta el Código Civil obligará, en cada matrimonio, a los futuros contrayentes prometer ejercer su autoridad parental sin violencia física ni psicológica.
Desaparece el derecho a reprender y corregir con la mano abierta tanto en el ámbito escolar como en casa, algo que 8 de cada 10 franceses asegura haber hecho en alguna ocasión. Francia se convierte así en país numero 56 que decide abolir esta práctica, como exige la Convención sobre los Derechos del Niño, después de España lo hiciera en 2007, lo que, de algún modo, muestra las reticencias al cambio que en ocasiones se producen en el país galo donde, por cierto, hasta en 2013 seguía aún vigente la ley napoleónica que prohibía a las mujeres llevar pantalón ley afortunadamente infringida desde hace mucho tiempo.