Uno de mis principales defectos es el optimismo y sigo sin medicarme. Me gustan hasta los vicios del país y aspiro a su corrección cuando sea que llegue. Y por supuesto a la que puedo, destaco aspectos que nos dan puntos en el ranking planetario: otra vez acogemos a los mejores restaurantes del mundo, antes entre fogones y ahora entre vitros, damos de comer de una forma magistral que hace babear al mundo entero.
En este sábado de reflexión, me gusta destacar que escrutamos como nadie. Aún hoy, avanzando ya el siglo XXI, recontamos rápido y bien. Sistema engrasado que podría llevarse el oro de un certamen si los contadores de votos del globo se juntaran. Mañana lo volveremos a demostrar en tiempo récord.
Y otra cosa muy de España es detectar nuestras carencias y repetirlas cíclicamente. ¿O acaso es nueva la cantinela de que en los colegios y escuelas hace un calor insoportable en Junio y que deberían tomarse medidas urgentes?
Mira, siguiendo con la enumeración de virtudes, por sacar una sonrisa, se me ocurre una solución para que los peques no sufran: que parte de los "recontadores" se hagan instaladores de aire. En fin, españoles somos.
