Es evidente que caló la súplica de los valencianos: seguid poniendo foco, seguid prestando atención que esto va para largo. Creo que hemos anotado en nuestra memoria esas imágenes de impacto que mueven conciencia, aunque intuyo que no todas.
De verdad pensé que los sesudos del marketing en las firmas de automoción, alimentación, bricolaje, mobiliario y hasta drenaje, se pondrían a defender políticas de precios solidarios como gesto sincero (que además sumaría imagen positiva en sus marcas).
Me esperaba el típico spot emotivo de "ahora toca estar, cómo sea, ayudando y siendo consciente de la necesidad". Anuncio que terminara en oferta de precio, en facilidad en el pago, en el te escuchamos y nos adaptamos. No lo he terminado de ver. Quizá se haya producido en tramo local, pero iniciativas así no han alcanzado la repercusión que contagia.
Casi diría que al revés, hay algunas empresas de limpieza que asean primero sus números y luego los anegados garajes con minutas de hasta 5.000 euros al día por llevarse la mierda acumulada. Insisto, el pequeño comerciante puede hacer una labor de ayuda. La gran empresa está obligada. A poner el hombro con iniciativas, con rebajas, con productos asequibles para el que todo lo ha perdido. Es tarde pero están a tiempo.