Tan tradicional ya como la Lotería de mañana es echarnos a los ojos del corazón campañas navideñas de esas que nos abocan a la lágrima tierna. Si las luces leds en arbolitos y farolas nos abocan a regalar a 'to kiski', los spots de sentimiento nos obligan a pensar en el amor, en el perdón, en las cosas buenas que nos quedamos y no verbalizamos.
Lo digo ya: ¡¡los publicistas se guardan las mejores ideas para estas fechas!! Y diría que los departamentos de marketing hacen lo propio con los presupuestos y los recursos. Y digo yo, ¿a ninguno se le ha ocurrido tener ese espíritu navideño para hacer anuncios así en marzo? ¿Serían ineficaces si no hay un copo blanco, una mesa con viandas o gente abrigada en la calle pegándose abrazos?
Es posible que así sea, que sólo estemos abiertos a temáticas así en estas fechas y que cuando acaban, volvemos a la realidad de lo que somos y aspiramos ser. Insisto, me molan mucho los spots de estos días y me molaría más si nos sintiésemos todos así de receptivos muchas más veces a lo largo del año. ¡Ahora entiendo cómo algún vecino se resiste en abril en retirar de su terraza al Papa Noel en la escalera! Amigos, Felices Fiestas tengáis todos.