Es posible que sea cierto aquello de que la historia siempre se repite, pero desde luego lo que sí vuelven son los debates que creíamos zanjados: las centrales nucleares. Con un protocolo de cierre paulatino firmado ahora diferentes fuerzas políticas quieren esperar. Por economía, por rentabilidad, por necesidad.
Hemos visto manifestaciones, por ejemplo, en Almaraz con casi todas las sensibilidades ideológicas pidiendo el mantenimiento no por fe en la energía nuclear… si no por la ausencia de soluciones laborales para los implicados.
Pensar en este tipo de energía con esos residuos radiactivos que no sabes en qué parte del planeta esconder, es lícito, pero con el sol, el viento y las olas que nos rodean, se me hace muy difícil su defensa. Pero antes de correr hay que andar. Antes de cerrar, den soluciones y alternativas que satisfagan. Y demuestren con hechos de esos que pesan que podemos generar y abastecer sin precios prohibitivos.
Me recuerda esto a lo de ser ecologista y negar que necesitamos agricultura y ganadería para subsistir. Tendremos que trabajar más y mejor para buscar ese equilibrio. Estoy de las trincheras como Puigdemont de cenar coles… ¡¡Buen sábado!!