Pero también tiene su lado más amargo. Esta facilidad de comunicación no finaliza con la jornada, sino que se convierte en permanente. Al final todo el mundo lee y contesta correos de trabajo fuera de su horario laboral e incluso en los días de vacaciones.
Francia arranca ahora el año con la aprobación de la llamada 'Ley de la Desconexión' para que las empresas de más de 50 trabajadores se pongan de acuerdo con sus asalariados en poner límites a esa comunicación laboral fuera de horarios.
4 de cada diez franceses reconocen sufrirlo ahora. Y en sus casos más extremos provocan lo que los médicos llaman el "síndrome de barnaut", o síndrome de desgaste profesional o trabajador consumido.
Esta nueva no impone sanciones. Pero insta a que se reconozca por primera vez en el mundo, un derecho para los trabajadores y un deber para las empresas que establezca el respeto al descanso y a las vacaciones frenando ese tipo de comunicaciones.
Ya había algunos antecedentes privados en Europa. En Alemania, por ejemplo, el grupo Volkswagen decidió hace ya cinco años que sus empleados no pudieran acceder a su correo electrónico en su teléfono móvil entre las siete de la tarde y las siete de la mañana.
Ahora esta ley rompe una barrera que será seguida sin duda por otros países. A ver cuánto tarda en llegar a España, donde de momento seguimos incluso con los horarios menos racionales y conciliadores del continente.