Hace unos días Google Cloud avisaba que van en serio y con todo su arsenal: Aplicaciones, plataformas, infraestructuras, almacenamientos, y así hasta 50 soluciones.
Google es el rey de la publicidad on line y de los buscadores y quiere diversificar sus fuentes de ingreso. Y ha invertido 30.000 millones de dólares en sus propios centros de datos. Baste decir para darnos idea de su magnitud, que es el tercer fabricante del mundo de servidores y el segundo de fibra con solo lo que utiliza para su uso propio.
Pues bien con toda esa fuerza anuncian rebajas muy importantes en los precios de la nube. Y como hacen siempre, le dan un toque existencial a su negocio. Dicen que lo hacen no por el mercado, sino para democratizar la inteligencia artificial.
La batalla va a ser dura y larga. Amazon el rey hasta ahora indiscutible, factura más de 12.000 millones de dólares, mientras que Microsoft a través de Azure, factura unos 2.400.
Se estima que casi un 95% de los datos están todavía en servidores, pero que la mayoría de ellos acabarán en la nube. Grandes máquinas dirigidas por la inteligencia artificial y que son capaces de aprender el flujo de un mundo convertido en datos y algoritmos.
Porque si el dato es el nuevo petróleo, la nube es la nueva electricidad.