Pero también existe el lado oscuro. Nombres que conocieron la gloria tan rápidamente como luego la perdieron. ¿Se acuerdan de My Space? Fue la primera gran red social donde la música llegó… y luego se fue a otra parte en muy poco tiempo. O Second life, un mundo virtual global, donde millones de usuarios creaban su avatar e intentaban vivir la vida a la que aspiraban y donde empresas y hasta partidos políticos pensaron que si no estabas allí, no eras nadie. Hoy es un gran desierto virtual con muy poca gente y donde solo se habla de sexo.
Pero hay más… Recuerden… Nokia o Blackberry. No hace mucho eran los gigantes del móvil y del correo electrónico. Hoy son casi inexistentes. Nokia intenta recuperar visibilidad anunciando que volverá a fabricar modelos como el Nokia 3310. Un ladrillo de móvil irrompible y con batería eterna, pero más cerca del paleolítico que del mundo actual.
La tecnología mató marcas míticas analógicas como KODAK y ha creado marcas digitales que parecen inmortales.
Pero en estos tiempos no solo hay que mejorar, hacerlo más barato y más útil. Con eso sólo, no vale. Ahora, cuando los mercados son ya globales y maduran aceleradamente, el dilema es otro, es inventar o morir.