Hace tan solo hace quince años no podíamos imaginarlo, y menos la cantidad de usos distintos que traerían. Por ejemplo compartir fotos o vídeos de contenido sexual. Una práctica tan extendida en el mundo entero que incluso tienen nombre, sexting.
El sexting tiene muchos riesgos y el principal es que ese intercambio privado acabe en otras manos. Ha ocurrido miles de veces. Dos personas intercambian fotos sexuales. Y una de ellas rompe esa confianza y lo difunde en internet. O es un tercero el que accede e ello y lo sube a las redes.
Esta práctica tuvo en la concejala Olvido Hormigos uno de sus casos más sonados y provocó en España una reforma del Código Penal, que se llamó "Cláusula Hormigos". Y viene a decir que si se difunden esas imágenes íntimas sin consentimiento... es delito. Y desde hace un año puede castigarse con penas de entre tres meses a cinco años de cárcel. Incluso aunque haya habido consentimiento en la grabación.
Lo más triste del caso del vídeo de los dos jugadores del Eibar es que ni siquiera hubo consentimiento en esa grabación. El daño que se ha hecho a esa chica es terrible. Borrar el rastro en Internet es casi imposible. Por eso, no valen sólo disculpas, ahora lo único que vale es que al menos se aplique la ley.