Un año antes, el partido nazi fue el más votado en dos elecciones prácticamente consecutivas, pero el Reichstag estaba muy fragmentado y era complicado alcanzar mayorías solidas. La ingeniería parlamentaria se resolvió con el apoyo de los partidos conservadores, que aceptaron que Hitler fuera canciller.
El Tercer Reich se alzaba entonces como una estremecedora realidad. Los nazis imponían su dictadura mediante una operación de falsa bandera. Acusaron a los comunistas de incendiar el Reichstag y emitieron un decreto que suspendía los derechos fundamentales y eliminaba a la oposición.
Es este el contexto histórico que recorre 'Últimos días en Berlín', de Paloma Sánchez-Garnica. El protagonista de la novela se llama Yuri Santacruz, un joven ruso de ascendencia española que lucha no solo para sobrevivir al nazismo, sino también para escapar de la crueldad del estalinismo. Una novela que alerta sobre la existencia de los sistemas totalitarios.
Cuando Yuri llega a Berlín, su sentido de la justicia lo impulsa a defender a un joven comunista agredido por las tropas de asalto de Hitler. Ese día, además, conocerá a su gran amor, casada a su vez con un oficial nazi.
89 años más tarde de que comenzara todo, aterrizamos en Berlín y visitamos junto a la autora el exterior del Reichstag. Nos asombramos ante la Puerta de Brandenburgo o sentimos la claustrofobia al caminar sobre el Memorial a los judíos asesinados. Incluso experimentamos la derrota del nazismo observando con reflexión el Monumento soviético y pisando el búnker en el que Adolf Hitler se suicidó. Sin duda, resulta conmovedor que este último lugar esté actualmente rodeado de edificios y bajo un parque en el que juegan y corretean los niños.