"Tenemos mucho miedo, porque la gente se mueve constantemente dentro de Daravi, está muy masificado…", relata.
Y, aunque desde días, se desinfectan calles y se controla la temperatura a los residentes, se prevé que, en un mes, el número de contagios alcance los 600.000 sólo en Bombay, donde al virus se suma el hambre por la imposibilidad de que los más vulnerables desempeñen los trabajos con los que suele subsistir.
La pandemia cronifica realidades ya de por si complicadas, también en Guatemala. En los suburbios de su capital malviven millón y medio de personas Y, de momento, poco se puede hacer como cuenta a Onda Cero el padre Jesús Rodríguez, socio local de la ONG española Manos Unidas.
“Primero, no pueden salir, lo cual tiene unas consecuencias tremendas, de violencia intrafamiliar, de niños que realmente no saben qué hacer porque los programas educativos del gobierno no llegan ahí. No hay dinero, no hay recursos, comienza a sentirse el hambre, amenaza la psicosis colectiva…”
Y en las favelas de Brasil y las barriadas que controlan los narcos en Colombia y México se teme que repunte la violencia mientras algunas mafias aprovechan la crisis para atraerse el apoyo popular. Según la prensa mexicana, varios cárteles de la droga estarían repartiendo comida y mascarillas en las comunidades más pobres.