Según la ONU, esta tendencia entre los más jóvenes y entre los menores por consumir alcohol y estupefacientes, está cada día más en auge.
Cada año, según un estudio publicado por la organización, son más de 600.000 personas las que fallecen por el consumo de estas sustancias. Por otro lado, siete de cada 10 menores de edad confiesan que han probado el alcohol. De estos jóvenes, más de 700.000 admiten que cuando salen o se reúnen pueden llegar a beber cinco o más, copas o cañas, en menos de dos horas.
Este tipo de hábito denominado consumo de atracón provocó el ingreso de más de 6.000 menores en hospital debido a comas etílicos en el año 2016. El Gobierno está en alerta por dichos datos y ya se plantea preparar una batería de recomendaciones para intentar cambiar esta conducta en nuestro país.