Las comunidades autónomas usan distintos métodos para medir la inteligencia, con lo que alguien que es superdotado en una provincia puede no serlo en otra, y a eso se añade que, a menudo, se confunde esta condición con el alto rendimiento, cuando lo uno y lo otro casi nunca van de la mano.
En definitiva, siguen fallando los sistemas de detección y también las soluciones, lo que provoca que el 40% de los superdotados no supera la ESO por falta de estímulo.