Herramientas para la detección precoz y más formación para los profesionales sanitarios, son algunas de las medidas que se proponen para la detención de la adicción por parte de los jóvenes a los teléfono.
La Sociedad Española de Médicos de Familia cifra en 2 de cada 10 de los jóvenes que sufren trastornos de comportamiento por culpa de la tecnología. Hablamos de móviles, tablets y ordenadores que, en muchos casos, les aíslan y les vuelven más irascibles.
En este sentido, los expertos han mostrado su preocupación por la relación entre la adicción al móvil y la violencia en el núcleo familia.
Jóvenes que se acuestan y se levantan con el móvil en la mano es lo último que ven antes de dormir y lo primero que encienden al despertarse.
El miedo irracional a quedarte sin móvil está diagnosticado y se llama nomofobia.
Se calcula que miramos el móvil entre 100 y 150 veces al día. Una espiral que hace que el teléfono sea algo así como una prolongación de su cuerpo, cuya ausencia les pone nerviosos.
Hablamos de trastornos psicológicos, pero no hay que olvidar las secuelas físicas del uso excesivo como problemas en la vista, en el cuello e incluso dolor crónico en los pulgares.
