El lema del despotismo ilustrado era "Todo por el pueblo pero sin el pueblo". Desde esa posición paternalista el Gobierno considera que sólo debemos saber que la decisión está bien tomada. Así que como no explican por qué el Rey no puede estar en Barcelona, entremos en la especulación.
Si es para evitar la coincidencia de una hipotética inhabilitación de Torra, flaco favor a una la Institución que precisamente representa y ha defendido la unidad de los españoles. Si es para evitarle protestas en la calle, cabe preguntarle si es que no le pueden proteger. Si es por agradar a los independentistas para que firmen los presupuestos, deleznable.
El presidente del Gobierno, que según La Razón ha cambiado los despachos con el Monarca por los Whatsapp, guarda un silencio estruendoso.