Incluso que la intensidad del color o la velocidad con la que expele la fumarola provoque debate. Creyentes o no, todo el mundo está pendiente del resultado de esa elección. Ahora la Iglesia sólo tiene que lograr que la miren con tanto entusiasmo cuando el techo de la Sixtina deje de tener chimenea.
Creyentes o no, todo el mundo está pendiente del resultado de esa elección.
No es habitual que la imagen de una chimenea y el humo que de ella sale provoque tantos o más espectadores televisivos que una final de un mundial de fútbol.
