Las serpientes pueden devorar animales mucho más grandes que ellas, son venenosas y tienen la lengua bífida. ETA se identificaba con la serpiente.
Arnaldo Otegi, portavoz del brazo político de la banda, el que supuestamente sentía de forma sincera el dolor de las víctimas tardó sólo unas horas después de tan empática declaración, en confesar que estaba dispuesto a firmar lo que fuera, incluso los presupuestos, para sacar a sus 200 presos de la cárcel. De su vileza sabemos de sobra. Ahora tenemos que comprobar si el Gobierno cederá a las excarcelaciones a cambio de unas cuentas.