Esta es la semana de los presupuestos, en la que el gobierno certificará sus preferencias políticas, la semana en la que Pablo Casado denuncia que en cinco meses Sánchez no le ha devuelto la llamada por más que el presidente diga que sigue con la mano tendida y la semana que concluirá en un Puente, ensayo de las Navidades.
Algo deberíamos haber aprendido de la primera ola. Que un desconfinamiento precipitado nos llevó de cabeza a una segunda embestida del virus. Querer recuperar nuestras vidas de manera forzada y antes de tiempo puede ser un tercer mazazo sanitario que sería difícil de sobrellevar.