Tal día como hoy de 2011, ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada fruto de la presión de las fuerzas de seguridad y del Estado de Derecho. 12 años después, los chivatos, los que daban órdenes de asesinar y de secuestrar han tornado en políticos.
Bien está que cambien las armas por la palabra pero eso no obliga a convertirles, a través de Bildu, en socios preferentes. La querencia no es sólo del PSOE. Hoy nos enteremos que otro de los socios preferentes, Oriol Junqueras, líder de Esquerra, se va a Irlanda para que Gerry Adams, el cabecilla del IRA, le dé doctrina.
¿Qué nos está pasando? ¿cómo hemos llegado a que haya partidos que conviertan en referentes políticos a los que tenían las balas como argumento? ¿cómo es posible que haya formaciones dispuestas a bendecir que no todos somos iguales ante la ley, que pretende perdonar a los que atentaron contra la Constitución o metieron la mano en la caja común? El Gobierno sigue callado.