Israel declara persona non grata al Secretario General de la ONU y le prohíbe la entrada en el país. Que Israel siempre ha considerado a Guterres tibio o incluso cercano a los enemigos del país, no es una novedad. Pero lo que sí es inédito es que una de las partes no reconozca a quien se supone que con sus cascos azules está haciendo de estabilizador en la zona.
Dónde nos conduce esto es una incógnita, pero los nervios han empezado a aflorar. Hasta Rusia en un ejercicio de cinismo pide contención.
Los primeros ministros de Francia, el Reino Unido y Alemania han mantenido contactos para analizar la situación. Meloni, como presidenta de turno, ha convocado al G7 dónde tampoco está España. Y mientras nuestro ministro de exteriores aporta en Onda Cero que el Gobierno español es el que más alto está clamando por la paz en el mundo mundial.