Preguntada en 'Más de uno' la vicepresidenta del Gobierno sobre por qué es solidario subir el 8% a una pensión máxima (2.800 euros al mes) y no revalorizar en la misma proporción los salarios, responde que los primeros son vulnerables y los segundos ya se benefician de todas las medidas económicas de apoyo del Gobierno. Esta reflexión presupone que todos los jubilados son un colectivo vulnerable y el resto puede ir tirando.
Una reducción al absurdo que no se sostiene. 2.800 euros al mes de pensión son unos ingresos justos y ganados después de muchos años de trabajo pero muy por encima del salario medio. Entre los trabajadores hay muchos que difícilmente llegan a fin de mes. Homogeneizar, generalizar, lleva a injusticias. Hay pensiones ridículamente bajas como familias que apenas sobreviven. Y pensiones hogadas como salarios astronómicos. La decisión del gobierno no es económica. Es política.
