La verdad. Hay días en la que los periodistas podemos quedarnos al margen de la crítica al gobierno que ya se sobran y se bastan ellos solos para descuartizarse.
Porque una cosa es que dos partidos distintos tengan diferente criterio sobre los problemas del país. Eso entra dentro de la lógica. Pero otra muy distinta es la permanente exhibición en público. La mesa de Moncloa debería servir para diferir, acordar y salir todos a una.
Pero no. Enseguida van a escuchar cómo Yolanda Díaz dice una cosa, Teresa Ribera nos pide que no le hagamos caso y termina la portavoz del gobierno, Isabel Rodríguez, aseverando que es que a veces ella no se atreve a interpretar a su propio gobierno. Y eso que es la portavoz.
Una tranquilidad saber que para el Gobierno sólo hay un camino.
El de Mónica Oltra, la vicepresienta valenciana, marca en dirección a los tribunales.